El flamante jefe de Inspección de Trabajo, don Héctor Illueca Ballester, ha sido criticado en las redes sociales por haber propuesto en un artículo en el diario «Público» que el Estado contrate a todo el mundo para erradicar el paro. En realidad, no dijo nada que se aparte de la lógica de la izquierda, en la que milita.
Diputado de...
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Doctor Braun, chalados siempre ha habido y alguno fue, incluso, Nobel.
El señor Illueca puede estar avalado por ilustres economistas, políticos, periodistas y lo que se quiera, pero tiene un cero en Humanidades. Les pasa a casi todos los marxistas (por cierto lo de la banca pública y la nacionalización de la economía es muy viejo, tanto como Marx -el Carlitos, no el cómico- y ya ha quedado demostrado que hace aguas, muchas aguas.
Las CC. Humanas, ven otras cosas que no ven los economistas – a Platón me retrotaigo cuando habla de los economistas que quieren estar por encima de todas las ciencias que se ocupan del hombre ,, y dicho con todo respeto y aprecio al autor del artículo. ¿Y qué pasa con estas ideas? Pues que al final devienen en males para las personas, y por tanto para las sociedades que están formadas por ellas. Cuando el hombre no tiene que esforzarse, cuando mami Estado (o mami y papi, en plan inclusivo cursi) da casi todo, la decadencia es una variable constante. Que se lo digan por ejemplo al estado número 49 de EE.UU, Alaska. Cuando EE.UU. en un alarde filantropía dió subsidios a los esquimales les abocó a una indolencia y una apatia enfermizas. Cuando el ser humano no tiene que luchar y no se le brindan oportunidades de mejorar sino que se le mantiene, va hacia el nihilismo. Trabajar es un derecho y un deber pero hacerlo con trabajo falso para todos o subsidios, no es la solución. Es el problema del marxismo, y del ministro tal vez, que sólo ven una parte de la realidad y, a veces, con anteojos de color. Y lo de Keynes, que es real estuvo muy bien, pero hay otras formas mejores de subsidiar en trabajos reales.