É sta es la columna que nadie desea escribir. La pederastia es siempre una materia viscosa, en la que inevitablemente parece quedarse algo de suciedad entre los dedos que escriben. También cuando se trata de un cardenal absuelto por unanimidad por el tribunal supremo de Australia. Porque la parte cobarde de la conciencia te susurra que no se saca nada...
¿Quieres leer más?
Has accedido a un contenido premium de La Razón. Suscríbete a Younews y tendrás acceso ilimitado a las mejores opiniones, análisis y otros contenidos exclusivos. Una suscripción que va más allá de las noticias, y para que lo pruebes te regalamos un mes gratis.
Has accedido a un contenido premium de La Razón. Te regalamos 10 contenidos gratis para que pruebes.
Tienes artículos disponibles
Inicia sesión si ya eres suscriptor