Nervios. Pedro Sánchez es un jugador de órdago y soporta bien la presión. También Iván Redondo, el gran estratega que desde su «War Room», el que fuera despacho de Alfonso Guerra, analiza y disecciona cientos de opciones para que su jefe y cliente –todo empezó con una relación contractual– conserve el poder. Hay nervios, más allá de las apariencias, en...
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