Este fin de semana fue el septuagésimo quinto aniversario del final de la Segunda guerra mundial. En circunstancias normales, hubiéramos tenido celebraciones patrióticas, ensalzamiento de minúsculas naciones que colaboraron con Hitler, pero ahora forman parte de la NATO o aspiran a ello y, con seguridad, la exclusión de Rusia. Como otros años. El coronavirus nos ha salvado de esa vergüenza...
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Escritor, historiador, activista y director de medios de comunicación, en la actualidad es director del programa “La Voz” emitido desde Estados Unidos con una audiencia de más de dos millones y medio de personas. Miembro de la Academia española de la lengua de Estados Unidos, es doctor en Historia – premio extraordinario de fin de carrera – Derecho, Filosofía y Teología. Ha recibido numerosos premios tanto por su trabajo como historiador como por su labor humanitaria y periodística.
Así es, como tantas veces, se escribe, se describe , se entiende, se conoce y se asimila la historia por el gran publico, que en definitiva lo somos todos o debíamos serlo a excepción de los auténticos Historiadores.
Un HISTORIADOR no es, no debería ser, un interprete de la Historia según sus apetencias y tendencias. Un historiador es un investigador de Hechos Históricos que debe ceñirse al resultado de su investigación, hecha con la mayor objetividad y honradez posible.
El interprete de la historia, disfrazado de historiador, cuando presenta los hechos falseándolos y distorsionándolos como si fueran realidad no es otra cosa que un redomado ESTAFADOR. Engaña a sabiendas de lo que hace.
Si la distorsiona para engañar, confundir, y lo hace, como digo, perdón por la insistencia, a sabiendas de que lo que escribe y trasmite es falso, la falsedad y el dolo son la esencia de toda estafa, estaríamos ante un delito, ante un estafador de la historia.
Nunca se le tendría que consentir, a un escritor así, adornarse con el titulo, con el calificativo, de Historiador.
Como Vd. muy bien dice, quienes distorsionan, ocultan o tergiversan los hechos históricos, o pagan para que escritores bizcochables lo hagan, solo provocan vergüenza colectiva.
Cuando quiero que me cuenten un cuento recurro a los clásicos, Andersen, Grimm o Calleja. Cuando leo Historia espero investigación histórica seria, no cuentos para niños o bobos, otra cosa es una ofensa.
Si el historiador no es capaz de investigar o es un sectario, mejor es que se dedique a otra cosa,
no es digno de llamarse HISTORIADOR, con mayúsculas; aunque sea un mago de la pluma.
En fin, siempre, o casi siempre, estamos en lo mismo.
Un abrazo y enhorabuena por sus obras, tengo bastantes.
¡ La OTAN, no la NATO, imbécil !
Ya tenemos un troll metido aquí.
Señor, está feo insultar, máxime si no conoce con quién habla. Ya destila en sus comentarios cierto resquemor. OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, en español, en inglés, NATO, North Atlantic Treaty Organization. Si estuviera usted un poco más cultivado, no escribiría sandeces.
Yo no soy un troll y no escribo sandeces. Sé perfectamente lo que es la NATO y lo que es la OTAN. Pero si el señor Vidal está escribiendo en español, debe escribir «la OTAN» y no la «NATO». Ya se lo advertí una vez, pero este señor es de los de «sostenerla y no enmendarla». Así que cállese usted y no diga tonterías.
Y yo sí estoy cultivado, al contrario que usted.
Don Proby, cultivado no sé, ahora atrevido, un rato, y faltón también.
Yo falto y usted sobra.
Perdón por el chiste fácil.