Miedo al contagio, la enfermedad y la muerte. Una carga mental excesiva. Amenazas económicas, laborales (la miseria, esa plaga intemporal, siempre provoca espanto). Además, la bacteria de la inseguridad generando terror a lo desconocido se cuela en la imaginación y allí hace sus estragos. Durante este difícil confinamiento, muchos han visto –desde la distancia impuesta, con lo cual a la...
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