El confinamiento de la población –que, como señaló la OMS cuando lo adoptó China, fue una acción «sin precedentes en la historia de la salud pública»– ha sido el remedio obligado de los países que han llegado tarde, por indolencia, desconocimiento o intereses políticos, a atajar el COVID-19. Obligado porque, en el siglo XXI, los ciudadanos ya no aceptan que...
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