La persona que sabe que va a morir experimenta una nada envidiable condición que, sin embargo, suscita cierta envidia. Porque la perspectiva del final proporciona una mirada infalible. De ordinario, viajamos en el autobús de la vida sin preguntar y, de repente, esta persona se incorpora del asiento, aprieta el timbre y se dispone a bajar. Nos mira entonces y,...
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