Resulta tremendo que el partido morado, auto-calificado feminista, que agita el color de la bandera de las mujeres e incluso cambió de nombre, poniéndolo en femenino («Unidas», también plural de Izquierda Unida), ofrezca continuos escándalos que implican a personas que, autodenominándose feministas, parecen más bien fieles seguidoras de la patética consigna: «información vaginal, éxito asegurado». Deplorable espectáculo. Porque el feminismo...
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