Este es un mensaje para todos aquellos idiotas que no se ponen mascarilla porque da calor. Porque se les sube a los ojitos. Porque huele mal al rato por la boquita de pozo que tienes, tesoro. Porque se les queda el maquillaje pegado. Porque solo les permite tomar el sol tapaditos y parecen un Maxi Bon (que diría el calvo...
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Veo que se ha dado cuenta de que vivimos rodeados de idiotas.
Que se espera de ellos, lógico, que hagan idioteces. Y ya lo creo que las hacen a lo largo y ancho del espectro social, y por eso estamos como estamos; felices ellos en su idiotez, incapaces de valorar las consecuencias de sus actos. Los demás pagando el pato.
Han visto lo contenta que estaba esta mañana la ínclita ministra Montero,- de nuestras haciendas y dineros-, mientras nos anunciaba un paro desorbitado; paro que a ella le sabia a poco e incluso la congratulaba, la han visto y oído, verdad. Pues saquen sus conclusiones, ella también piensa que está rodeada de idiotas y actúa y trata en consecuencia.
Y los idiotas tan contentos y votándolos, a ella y a su banda que ya, descaradamente, se han pasado al bando de los narcotraficantes venezolanos/ bolivarianos de Maduro y secuaces.
Los vetos de ayer, de socialistas y podemitas, a favor de la dictadura venezolana fueron memorables y vergonzantes.
Se nota que hay dinero a repartir a espuertas, entre ellos.
A los idiotas ni un duro.
Si, definitivamente estamos rodeados de idiotas y de sinvergüenzas que se aprovechan de la idiotez de los idiotas que los votan esperando las migajas del reparto .Restos que nunca llegan en la cantidad y tiempo que los idiotas pensaban, pero que son suficientes para mantenerlos cerca del pesebre por si, de casualidad, cae algo y algo, ya se sabe, es mucho mas que nada, famélica legión.
Pues nada hijos, a seguir así, sarna con gusto no pica; vamos digo yo, mejor dicho, lo dice el refrán; yo no lo creo.
Mas bien pienso que nos va a salir un sarpullido que nos acabará cogiendo todo el cuerpo.
A unos por idiotas y a los demás por aguantadores irredentos de tanta sinvergonzonería institucionalizada.
Buenos y calurosos días, pandémicos de virus y de idiotas.