A mí, la verdad, es que me caen bien los pijos. Tengo que reconocer que me causan mucha ternurilla, así como con las mismas ganas de abrazarles que de darles capones por todo un parque municipal. El pijo playero es muy gracioso: sabe que tiene que compartir arena y playa, pero no le mola. Por eso su espacio, su cacho,...
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Viendo las imágenes de autenticas multitudes en Botellones, Playas de día,- en Inglaterra por ejemplo-, y de noche,-sobre todo en España,- Conciertos,- con rociadas de alcohol sobre los presentes, escupiéndolo-, Festivales, Reuniones, Corridas,- en todo tipo de plazas, parques y playas-, Reuniones familiares y de amigotes/as, y demás, llego a la conclusión de que, según su inteligente teoría, arriba expuesta y desarrollada, hay mas «Pijos» en la tierra que arenas en el mar. De otra manera no se entiende de donde pueden salir tantos; o todos son o no pueden ser tantos como aparecen en reunión.
Claro, se me olvidaban los pijiprogres, muy abundantes por imitación; así las cuentas cuadran algo mas.
¿Satisfecha?.
Buenos días.