Me niego a despreciar por completo ese ingente movimiento público que precipitó finalmente en la creación de Podemos. Una parte de la sociedad estaba desilusionada legítimamente con el vaivén del bipartidismo y oteó posibilidades de mayor justicia social, participación ciudadana y un renovado interés por la polis. Ahora explican que la corrupción interna del partido, la falta de coherencia, las...
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