Durante todo este tiempo infame, que ya dura demasiado, se ha tratado a los ancianos como si fueran animales de granja: estabulados en poco espacio, al borde de la asfixia, muchos sin respirar aire libre durante meses, medicados por encima de lo humanamente soportable, perdiendo facultades físicas y mentales por culpa de la reclusión forzada o las condiciones sórdidas que...
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