A los periodistas siempre nos dijeron que no había que decir ni «mu». De la misma manera que nuestros padres callaban sobre sexo, los servicios sociales repetían que la autolisis se multiplicaba por imitación. Y era verdad que no había dos sin tres: pasamos por modas terribles de chicas que se arrojaban por el viaducto madrileño o chicos que saltaban...
¿Quieres leer más?
Has accedido a un contenido premium de La Razón. Suscríbete a Younews y tendrás acceso ilimitado a las mejores opiniones, análisis y otros contenidos exclusivos. Una suscripción que va más allá de las noticias, y para que lo pruebes te regalamos un mes gratis.
Has accedido a un contenido premium de La Razón. Te regalamos 10 contenidos gratis para que pruebes.
Tienes artículos disponibles
Inicia sesión si ya eres suscriptor