Confieso preocupación por dos sensaciones antagónicas: por un lado, el confinamiento creó en mí (y creo que también en una gran mayoría de la población) cierta aversión a las pantallas, pero por el otro, algo muy preocupante a lo que poner remedio, me veo incapaz de prescindir de comprobar si llega un WhatsApp, un correo electrónico, mensajes a través de...
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