«¿Adónde vas con esos tonticos?» La pregunta se le clavaba a María José. Hay una edad en la que una quiere pasar desapercibida, fundirse en gris con el fondo, llevar la misma ropa, idéntico peinado que los iguales. Que nadie note los dientes disparejos, las cejas picudas, los hombros caídos. Y en Nuevo Cáceres ella siempre fue distinta. Porque llevaba...
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