Vivimos tiempos de una gran dispersión de pareceres y de posiciones, que ya no es reflejo de un legítimo pluralismo, ni la expresión de la pluriformidad y de la riqueza tan variada, complementaria, de la realidad, sino contraposición y descalificación entre ellas o división y enfrentamiento. Si nos asomamos un poco a la realidad de la situación española, tan convulsa...
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