En el momento en el que escribo esto, al otro lado de la pared, mis vecinos han quedado a comer con gente. No sé cuántos son, sólo sé que se oye algarabía. Bastante. Y el ruido de algunas botellas. Me caen bien. Su casa es como la mía, así que les puedo contar que más de dos personas es ya...
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Exacto. Muy bien. Porqué no se va a poder tocar a la puerta cuando tantos con tanta irresponsabilidad y desverguenza no solo te tocan las narices sino que ponen en grave riesgo la salud e incluso la vida de los demás. Claro que si, aporree la puerta; imagino que ya lo habrá hecho.
Enhorabuena.
Decíamos hace unos días: Gentuza.