No respondía a los gritos ni a las caricias y, cuando una cría de cuatro años permanece en silencio, es que el espíritu maligno ronda el pueblo. Otros empezaron a morir en aquella aldea de Ghana. Cuando falleció el primero, la miraron de reojo. Cuando enterraron al siguiente, empezaron las murmuraciones; cuando hubo que llorar a quince, uno tras otro,...
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