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Primeras voces en contra de la equiparación del cigarrillo electrónico al tabaco

Cerca de 300 médicos, científicos y sanitarios envían una carta al ministro de Sanidad mostrand su oposición

Un hombre fuma un cigarrillo electrónico
Un hombre fuma un cigarrillo electrónicolarazonLa Razón

Médicos y científicos empiezan a movilizarse en contra de la medida que va a implantar el Gobierno por la que se va a igualar legislativamente el “e-cig” con el tabaco. La Organización de Médicos en Apoyo del Vapeo y los Cigarrillos Electrónicos (MOVE) a la que se han adscrito 300 profesionales exige una legislación propia. “La evidencia médica y científica nos muestra que ambos productos son totalmente distintos, por lo que a la hora de plantear la regulación del cigarrillo electrónico, se debe alejar de la equiparación con el tabaco MOVE pide una regulación proporcionada, coherente y responsable, que permita el desarrollo del vapeo como herramienta de salud pública”, afirma la coordinadora internacional del movimiento, Carmen Escrig, experta en Biología Molecular y Genética. De acuerdo con lo que defiende esta iniciativa, “el cigarrillo electrónico tiene el potencial de salvar 6.000 vidas al año por cada miñón de fumadores”, aunque, desde el Comité Nacional para la Prevención del tabaquismo ponen en duda esta afirmación, ya que consideran que aún no existe evidencia científica a este respecto.

En la carta que enviaron el pasado 27 de abril aseguran al titular de Sanidad que “la finalidad de MOVE es dar a conocer, de manera ética y en

base a la evidencia científica, la realidad sobre el cigarrillo electrónico”. Aludan a la enmienda que la Dirección General de Salud Pública, dependiente de este Ministerio, planteará al proyecto de ley de segunda oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social para equiparar el “vapeo” con fumar. En esta misiva enumeran una serie de puntos según los cuáles explican, de acuerdo siempre con esta asociación, “los beneficios, efectos y riesgos asociados con el uso de estos dispositivos”. Sostienen que no existe combustión, “el principal elemento nocivo del tabaco”; los líquidos que utilizan “son ampliamente utilizados en multitud de productos de consumo humano”. También afirman que “no existe la figura del vapeador pasivo” y hace hincapié en que “varios ensayos demuestran que los cigarrillos electrónicos son de hecho muy eficaces”. A pesar de todas estas reticencias, lo cierto es que este dispositivo es relativamente nuevo -nació en el año 2000- y aún no existen suficientes estudios que reflejen las consecuencias para la salud de su consumo, éste es uno de los principales argumentos de los médicos que apoyan la propuesta del Gobierno de equipararlos.