Manipulación intencionada

Marvel Studios
Sin duda alguna, Vengadores: Endgame se considera un punto culminante en Marvel Studios, ya que fue la conclusión épica de la Saga del Infinito. Esa posición icónica de la película es también lo que hace tan sorprendente recordar que la joya de la corona del UCM estuvo a punto de ser muy diferente, al menos en lo que respecta a su título.
Tras anunciarse por primera vez en 2014, la película que acabaría convirtiéndose en Vengadores: Endgame se dio a conocer originalmente como Vengadores: Infinity War Parte 2. La verdad es que fue una buena idea que Marvel Studios y los hermanos Russo tomasen la decisión de ir en una dirección diferente. Este título original no solo se aleja de ser discreto ya que revelaba demasiado sobre la batalla final contra Thanos, sino que también representa el primer paso de un proceso creativo que estuvo en constante evolución.
Aunque desde un punto de vista contextual tenía sentido que se llamase Infinity War Parte 2 por esa continuidad que tuvo con la película anterior, los Russo tenían razón al hacer este cambio en el título final. Fue una decisión correcta que Vengadores: Endgame se mantuviese por sí sola como una entrada distinta en la franquicia tan longeva de Marvel Studios.
El proceso de cambio de nombre también fue mucho más estresante de lo que muchos espectadores probablemente recuerden. Durante la tortuosa espera entre el estreno de Infinity War y lo que al final sería Vengadores: Endgame, surgieron varios rumores que indicaban diferentes títulos posibles. El éxito posterior de Marvel Studios con el nombre de Endgame indicó que los creativos tomaron la mejor de las decisiones posibles. El nombre final, Endgame, demostró ser la elección perfecta.
El desarrollo de Vengadores: Endgame es una prueba de que Marvel Studios puede ir haciendo cambios sobre la marcha que podrían ser determinantes de cara al futuro de la franquicia. Es importante recordar que dejar que un proyecto evolucione a medida que continúa su proceso creativo puede ser una estrategia inteligente que da sus frutos. Las variaciones en el nombre de Vengadores: Endgame es el ejemplo perfecto de cómo permitir que una historia se desarrolle por sí misma para construir una de las mejores experiencias en los cines.
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