Gastronomía

Envidiables catadores y un vino de 100

Envidiables catadores y un vino de 100
Envidiables catadores y un vino de 100larazon

Valor es lo que hace falta para presentarte a este concurso de catas por pareja. Inscripción que, por cierto, este año se agotó en 10 minutos. Y es que se celebró el pasado domingo la novena edición del Premio VILA VINITECA de cata por pareja celebrado en Barcelona.

Los ganadores fueron José Antonio Díaz y Rafael Salas, ambos ingenieros industriales, que han sido los “cracks” que han logrado reconocer estos vinos (que pongo a continuación) sin ningún tipo de guía ni pista ni chuleta:

1.- Jacques Selosse Ambonnay Le Bout du Clos Blanc de Noirs Grand Cru Extra Brut. AOC Champagne.

2.- Newton Johnson Chardonnay 2014. Walker Bay.

3.- Domaine du Collier Saumur Blanc 2012. Saumur.

4.- Compañía de Vinos Telmo Rodríguez As Caborcas 2012. DO Valdeorras.

5.- Clos des Papes Châteauneuf-du-Pape 2013. Châteauneuf-du-Pape.

6.- Château Musar 1998. Bekaa Valley. Líbano.

7.- Salvador Poveda Fondillón 1987. DO Alicante.

Me explicaron, en una comida que hubo en Madrid para presentar esta nueva edición de VILA VINITECA en el restaurante Santceloni de Castellana, que algunas de las pruebas consistían en averiguar la variedad de uva, la región y D.O., el país, la añada, la marca y algunos detalles más. Le pregunté a Quim Vila, el fundador de toda esta locura enológica a la que acuden catadores de todo el mundo, que si iban a incorporar también la prueba de averiguar la barrica, que si francesa o americana, y me dijeron que no lo hacían pero que podrían pensarlo. ¡Vamos, liarla más aun!

Mi admiración por esta gente, no sólo los ganadores, si no las 100 parejas o más que se presentaron a las pruebas.

Los 7.000 euros del segundo puesto son para la pareja que ya ganó la primera edición del Premio de Cata Por Parejas (edición 2008), Rafael Sabadí y David Martínez, y los 3.000 euros del tercer premio se los llevan Santiago Rivas y Jaime Fernández, ambos de Madrid.

Alucinante la complejidad y lo mucho que tiene que conocer uno este mundo. Y yo que voy con la cabeza alta diciendo que estuve en la Final de la Primera Edición de la Champions Wine de Aravaca para amateurs en el restaurante OVO... ¡Me río de mí misma! Y aplaudo a Quim por haber ideado este concurso.

Obviamente no asistí al concurso, pero la presentación que tuvimos en Madrid fue de lo más acogedora y agradable. Estaba invitada Xandra Falcó, pero nos falló en el último momento. A la comida acudieron diferentes críticos de vino, entre otros, Iñaki Gil de El Mundo. También se dejó ver por esta reunión enológica el actor Carlos Lastre. Y, por supuesto, a quien tenía enfrente en la comida, Juan Manuel Bellver, director de Lavinia, quien forma parte del jurado de este concurso.

Durante la comida en Santceloni degustamos platos como caballa en lomos flambeada, coliflor y caviar; guisantes del Maresme, bacalao y el pil-pil de jamón ibérico; cigalas en hojas de lechuga, con aromas de oriente; salmonete con huevos estrellados, migas y aceite de pimentón; espalda de cabrito, calabaza asada y ajo negro y panna cotta de hinojo, aguacate y limón. ¡Fabuloso todo! Sin duda, lo más rico, el cabrito.

Acompañamos todos estos platos de diferentes vinos que, sin decirnos ni la D.O. ni la procedencia ni marca, teníamos que ir adivinando durante la comida qué estábamos bebiendo.

Y es que la carne la acompañamos de dos vinos: un Barolo 2005 de Cerequio, un vino italiano, riquísimo; y un majestuoso Châteunef-Du-Pape 2008, un 100% garnacha de la Bodega Tardieu Laurent de la Provenza. Ambos fueron adivinadas por Bellver, quien contó además la historia de Michel Tardieu, un bodeguero sin estudios en el mundo de la enología, que era el chófer de un político conocido y recorría el Ródano probando vinos debido a su trabajo. Un vino francés cuya botella rondaría los 100 euros. Para mí, en lenguaje de emociones, catalogaría el Barolo como un vino sensual y divertido, y el Châteneuf-Du-Pape me supo a algo que va más allá de la razón, y no tengo palabras.

Además, catamos 3 vinos blancos, que honestamente no me han “dicho” nada, y dos espumosos que más de lo mismo, por eso, me ahorro tan siquiera nombrarlos por respeto a las bodegas y porque no quiero influir a nadie.

Con todo esto, felicidades a los ganadores de esta novena edición, a los organizadores del concurso, a Quim, a Bellver y otros, y os animo a que probéis el Châteneuf-Du-Pape.