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«Mi modelo es Margaret Thatcher»

Carmen Lomana se presenta como número tres de Vox a las listas del Senado de las próximas elecciones generales y, aun consciente de que sus posibilidades y las del partido de Santiago Abascal son «mínimas», se siente capaz de echar un pulso, tal y como hizo su líder político de referencia, la Dama de Hierro, con los sindicatos. En su caso, contra el Senado, una Cámara que quiere cerrar

FUERZA PARA GOBERNAR. «Ensalzo a Margaret Thatcher porque fue una mujer capaz de hacer lo que nadie había hecho», comenta Lomana sobre la Dama de Hierro
FUERZA PARA GOBERNAR. «Ensalzo a Margaret Thatcher porque fue una mujer capaz de hacer lo que nadie había hecho», comenta Lomana sobre la Dama de Hierrolarazon

Carmen Lomana se presenta a la elecciones generales como número tres en la lista de Vox al Senado. Con ellos, pero de forma independiente. Porque más allá de una aspiración política lo que demuestra es un compromiso social. Piensa que muchas veces nos quejamos pero no hacemos nada y éste es su granito de arena para con la sociedad: dar un paso adelante, hacerse escuchar con respecto a lo que considera que hay que cambiar o borrar del mapa, como el Senado.

–¿Cuál es su líder político de referencia?

–A mí me gustaba muchísimo como hombre Sandro Pertini. Me pareció un dirigente fantástico. Era un político de izquierda, pero tremendamente abierto y tolerante. Un hombre de una gran honradez y sencillez, que ni siquiera se fue a vivir al Quirinal. Residía en su apartamento de siempre e iba al Quirinal sólo a trabajar. Pero, sobre todo, ensalzo a Margaret Thatcher porque fue una mujer capaz de hacer lo que nadie había hecho, echarle un pulso a los sindicatos cuando no había manera de gobernar porque siempre estaban en huelga. La del 73 fue tremenda, con toda Inglaterra a oscuras. Había muchísimos problemas, llegó la Dama de Hierro y aguantó, aguantó y aguantó. Terminó siendo una época de un crecimiento tremendo para Inglaterra, que no fue por casualidad. Y no es que yo sea de derechas ni de izquierdas, sino de lo que conviene a cada país. Me gusta Margareth Thatcher porque fue una mujer del pueblo, muy sencilla, hija de un charcutero, que con su esfuerzo, con becas y con estudios consiguió llegar a lo que llegó con su inteligencia. Además, siendo mujer tiene un plus de esfuerzo.

–¿Cómo ha sido recibida su concurrencia al Senado?

–Desde el momento en que ha salido la noticia los argumentos en mi contra han sido bastante ridículos. Porque si eres una mujer, más o menos social, ya eres tonta. Que si te pones bótox o te dejas de poner, que si tienes que estar en casa o en la cocina... Todo ese tipo de clichés tan pobres y absurdos. Quiero que la gente me rebata con argumentos y no con idioteces porque creo que lo que yo digo lo piensa el noventa por ciento de la gente: que el Senado no sirve para nada, que ni siquiera sabemos cómo se llama su presidente, y que es un gasto tremendo sin ser productivo para el país. Ves un pleno del Senado y te pones a llorar porque hay cuatro gatos.

–¿Le da la sensación de que si todo esto lo dice, por ejemplo, Bertín Osborne, la gente piensa que qué gran político sería, pero si lo dice usted suena a esnob?

–La sociedad tiene una doble moral, la tiene y ahí está. Éste es un país de inquisidores y de sectarios, de que si estás con uno no puedes estar con otros. Encasillamos a la gente, te encapsulan y no puedes sacar ni un dedo porque o haces lo que se espera de tí o qué horror. Yo soy de todos y de ninguno. En todos los partidos hay cosas que me gustan y otras que no. Por eso nunca he militado en ningún partido ni militaré; perdería mi verdad.

–Usted que es un icono del glamour no va a perderlo si finalmente tiene que trabajar en política. ¿Qué le cambiaría o que alaba en el estilismo de Soraya Saénz de Santamaría o de...?

–(No me deja seguir enumerando nombres) Pues la verdad es que no me he fijado mucho en cómo va vestida, reparo más en lo que dice. Además, ¿por qué tengo que cambiarle el estilismo a las mujeres? A lo mejor debería cambiárselo a los hombres. Siempre parece que hay un tufillo machista, que cada una se vista como quiera, lo que yo quiero es que sea eficaz como política.

–¿También iba a preguntarle qué le cambiaría a los cuatro principales candidatos a La Moncloa?

–El estilismo de los hombres es tremendamente aburrido y monótono. Pero, al fin y al cabo, los políticos deben ir así. Representando a una nación tampoco deben significarse siendo unos fashionistas o yendo a la última. Lo que tienen que ir es limpios, correctos, bien peinados y con buen aspecto; aseados y bien vestidos.

–¿De ese guión se sale entonces Pablo Iglesias, no?

–Claro, total. Porque Pablo Iglesias no tiene todavía mucha representación gubernamental, pero verdaderamente es bastante impresentable –que a mí me parece muy bien que cada uno vaya vestido como quiera–, pero imagíneselo como presidente del Gobierno. Me parece muy poco serio. Estoy segura de que si algún día llega a tener un cargo importante tiene que tener conciencia de que está representado a un país. A mí me encantan los hombres con pelo largo, pero no creo que sea lo más adecuado ir con esa coleta y esa forma de vestir. Además, hay que cuidar la sonrisa.

–Sinceramente, ¿cree que Vox tiene posibilidades de ganar las elecciones generales y usted, de lograr el escaño en el Senado?

–Pues no, no lo creo. Pero por el camino la gente conoce tu pensamiento y, de paso, parte del programa de otros, ya que a los partidos minoritarios los tienen vetados en casi todas las televisiones.

–Si saliera elegida, ¿en qué modo va a cambiarle la vida?

–No tengo ambiciones políticas y como siempre he pensado que no iba a salir elegida, no tengo ni idea de en qué me cambiaría la vida. Ya le digo que la posibilidad es mínima...

–Usted, como el pequeño Nicolás, quiere acabar con el Senado desde dentro...

–Pues es que no lo sabía, el jueves cuando se enteró todo el mundo de mi inclusión en las listas del Senado por Vox me lo comentó muchísima gente. Pero no me compare con el señor Nicolás, no porque le quiera hacer de menos, es un tío muy listo pero su «background» (su pasado) no tiene nada que ver con el mío.

–¿Qué le parece que concurra Rodríguez Menéndez a presidente del Gobierno por «su» Partido Socialista de la Justicia?

–Pues me parece que es el hombre que menos debe hablar de justicia, ni de nada. O sea, calladito estaría más guapo.

–¿Estaría España con una presidente? ¿Está España preparada para ello?

–España presidida por Cristina Cifuentes estaría fantásticamente bien, seguro. ¡Pero claro que debemos estar preparados! ¿Qué pasa, que somos un país retrógrado? ¿Qué las mujeres somos extraterrestres? Si puede ser presidenta de la Comunidad de Madrid también lo puede ser de España. Entre otras cosas, porque tenemos bastante más sentido común. Los hombres poseen una ambición desmedida, son vanidosos y arrogantes, mientras que las mujeres somos más pragmáticas y prácticas.

Las líneas maestras de su modelo político

Cerrar el senado

«Es una Cámara bastante inútil; no tiene ninguna capacidad de decisión, de legislar, ni de cambiar lo que hace el Congreso y nos podríamos ahorrar los 52 millones que cuesta al año. Los senadores son puestos a dedo para pagar favores y no creo que hagan mucho por este país, aparte de cobrar».

Ahorro del gasto público

«Hay que acabar con esa Administración Pública tan bestial, que en muchas cosas no sirve para nada. Pediría una mejor gestión de los fondos públicos para que los ciudadanos tengan mayores ventajas sociales».

No privatizar la sanidad

«La Sanidad me parece que funciona bastante bien y, desde luego, no la privatizaría por nada».

Libertad de educación

«Los españoles deben poder elegir la educación de sus hijos sin la interferencia de los gobiernos y que estudien en castellano».