¡Paren las máquinas!

Como ya les vengo contando en este blog, la política municipal es fuente de todo tipo de propuestas de resolución y mociones, a cuál más afortunada.

Servidora creía que ya no nos podíamos superar en mociones surrealistas después de la que nos metió una entidad ecologista para evitar los desahucios de cigüeñas de la Catedral de Lleida. Moción con numerito incluido, ya que para ilustrarnos se nos presentó un sujeto vestido de cigüeña en el salón de plenos, con el objetivo claro y conseguido de ser portada en la prensa local al día siguiente.

Pues el grupo municipal del Comú de Lleida nos insta a través de una Propuesta de Resolución a modificar la ordenanza municipal de circulación para añadir un punto en el que, agárrense que vienen curvas, se “regule que los vehículos de motor, paren los motores mientras están parados, teniendo en cuenta determinadas excepciones” (refrigerados, sistemas de elevación hidráulica, etc.)

Después de mucho indagar, no he encontrado informes concluyentes acerca de si realmente se produce un ahorro de combustible o se contamina menos apagando el motor y volviéndolo a arrancar en lapsos breves de tiempo. Depende mucho de la antigüedad del coche, del sistema de arranque, de la tecnología usada... Y dada la penosa gramática utilizada, la cosa tampoco se entiende mucho que digamos. Veamos: ¿Parar los motores mientras los vehículos están parados? ¿Eso qué significa? ¿Apagar motor en los semáforos en rojo? ¿O en dobles filas? ¿En la cola de la gasolinera? Y otra duda trascendental... ¿Cómo se va a regular? ¿La cosa será con un cronómetro? ¿O a ojo?

Y la más trascendente de todas: ¿quién va a controlar que se cumpla la ordenanza? Porque será digno de ver a la Guardia Urbana dejar sus obligaciones diarias para apostarse en los semáforos a comprobar quién apaga motores y quién no. O a lo mejor quieren crear una brigada especial para patrullar nuestras calles, correctamente uniformada y dotada de, bueno, reloj, cámara de fotos, termómetro, medidor de emisiones o algo, para que puedan probar fehacientemente que alguien sigue con el motor en marcha, contaminando a tutiplén.

El caso es que no podemos saberlo, porque la propuesta no aporta ni los datos en los que se basan para decir que esta medida vaya a paliar el problema de la contaminación urbana, ni cómo se va a llevar a cabo. La cuestión es regular, regular y regular, porque ¡sí se puede! Y porque hacer perder el tiempo al consistorio, también se puede.