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Kim Jong Un redobla su desafío a Trump con un misil capaz de alcanzar EEUU

El lanzamiento de un nuevo proyectil balístico en el Pacífico dispara la tensión entre la Administración norteamericana y el régimen norcoreano tras dos meses de calma tensa.

Surcoreanos ven un reportaje televisivo en vivo que muestra el anuncio especial de Corea del Norte de que ha probado con éxito un misil balístico intercontinental (ICBM) en una estación en Seúl, Corea del Sur, hoy
Surcoreanos ven un reportaje televisivo en vivo que muestra el anuncio especial de Corea del Norte de que ha probado con éxito un misil balístico intercontinental (ICBM) en una estación en Seúl, Corea del Sur, hoylarazon

La televisión norcoreana anunció que el último proyectil lanzado por Pyongyang es un nuevo modelo de misil balístico intercontinental (ICBM), bautizado Hwasong-15, capaz de portar una cabeza nuclear de gran tamaño y alcanzar «todo el territorio de Estados Unidos».

El régimen de Corea del Norte volvió ayer a desafiar nuevamente a la comunidad internacional con el lanzamiento de un misil balístico, según confirmó el jefe del Estado Mayor de Corea del Sur. La televisión norcoreana anunció que el último proyectil lanzado por Pyongyang es un nuevo modelo de misil balístico intercontinental (ICBM), bautizado Hwasong-15, capaz de portar una cabeza nuclear de gran tamaño y alcanzar «todo el territorio de Estados Unidos». Tal y como acostumbra a hacer el régimen, la veterana presentadora Ri Chung-hee anunció en tono solemne el «exitoso» lanzamiento, que «autorizó y presenció personalmente el líder» Kim Jong-un, y que es el primero de Pyongyang tras dos meses y medio sin realizar ningún ensayo armamentístico. En un boletín especial emitido tres horas de que empezara la programación habitual de la televisión estatal, Ri detalló que el misil voló 950 kilómetros y alcanzó un apogeo de 4.475 kilómetros, datos que están en sintonía con los que manejan Seúl, Washington y Tokio. Estos datos indican que se trataría de la mayor altura alcanzada hasta la fecha por un proyectil norcoreano, lo que implica un nuevo y peligroso avance en el programa de armas del régimen de Pyongyang. Teniendo en cuenta que el misil fue lanzado con un ángulo muy abierto, algunos expertos creen que el proyectil podría haber recorrido en un vuelo normal más de 13.000 kilómetros, suficiente para alcanzar Washington o cualquier parte continental de EEUU. La presentadora aseguró también durante la emisión, en la que no se mostraron imágenes del lanzamiento, que el Hwasong-15 (en coreano «Marte-15») «es un misil balístico intercontinental con una ojiva pesada supergrande» y que con este último ensayo el país «ha hecho realidad la gran causa histórica de completar una fuerza nuclear estatal». El misil, disparado desde un punto a unos 25 kilómetros al norte de la capital norcoreana, voló en dirección este antes de caer en aguas del Mar de Japón (llamado «Mar del Este» en las dos Coreas), a unos 250 kilómetros de la costa de la prefectura nipona de Aomori (norte del país). Estas aguas pertenecen a la zona económica especial (EEZ) de Japón, un espacio que se extiende a unos 370 kilómetros desde su litoral.

Las autoridades japonesas creen que el proyectil sobrevoló su territorio durante 50 minutos y cayó en zona económica exclusiva del país nipón.

Éste es el primer misil que Pyongyang lanza en dos meses y medio, desde que el pasado 15 de septiembre disparara un cohete de alcance medio que sobrevoló el norte de Japón antes de caer al mar. En lo que va de año, Corea del Norte ha lanzado un total de 22 proyectiles balísticos en un contexto marcado por la aprobación de sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con el objetivo de abrir la mesa de negociaciones sobre el programa nuclear del país asiático. El Consejo se reunió anoche de urgencia para analizar la situación.

Hasta ayer, el silencio de Corea del Norte en este sentido se había interpretado como una posible señal de que se podría estar cerca del comienzo de, al menos, conversaciones preliminares para llegar a un acuerdo, sobre todo después de la reciente gira del presidente Donald Trump por la región de Asia-Pacífico.

Pero el lanzamiento de ayer parece haber frustrado cualquier posible acercamiento entre ambas partes. El misil norcoreano voló con dirección al este. «Corea del Norte ha lanzado un misil balístico no identificado en dirección al este desde las cercanías de Pyongsong, provincia de Pyongang del Sur (al norte de la capital norcoreana)», explicó en un breve comunicado el Estado Mayor Conjunto surcoreano. Tanto las autoridades de Seúl como las de Washington se encontraban al cierre de esta edición analizando los detalles relacionados con el proyectil, como su rango de vuelo y su trayectoria. Varios expertos de la Administración estadounidense habían advertido horas antes a la agencia Reuters de la inminencia de un nuevo lanzamiento. Una de las fuentes, que no quiso ser identificada, indicó que EE UU conocía informes japoneses que alertaban de esta posibilidad, después de que Tokio detectara hace una semana señales de radio en Corea del Norte propias de los preparativos de un lanzamiento balístico, aunque esas señales son habituales y las imágenes de satélite no mostraban una actividad inusitada.

La agencia de noticias surcoreana Yonhap también informó de que oficiales de Inteligencia de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón habían interceptado comunicaciones sobre un posible lanzamiento y estaban en máxima alerta. Los oficiales estadounidenses que contactaron con Reuters no quisieron especular con qué tipo de misil iba a realizar la prueba Pyongyang, pero recordaron que el régimen ha estado desarrollando misiles nucleares capaces de alcanzar suelo norteamericano y también misiles balísticos intercontinentales. Otras fuentes de Inteligencia destacan que Corea del Norte ha enviado deliberadamente, en otras ocasiones, señales contradictorias de inminentes pruebas nucleares con el objetivo de enmascarar sus verdaderas actividades. Después de probar una media de dos o tres misiles al mes desde abril, Pyongang detuvo sus lanzamientos a mediados de septiembre.

La semana pasada, el régimen de Kim Jong Un cargó contra la Administración Trump por volver a incluir a su país en la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, gesto que calificó de «grave provocación». La inclusión permite a EE UU imponer más sanciones al régimen, aunque los expertos ya advirtieron de que eso elevaría las tensiones bilaterales.

Ante el último desafío norcoreano, Trump se limitó a afirmar que que «nos encargaremos de ello». «Nos encargaremos de ello. Es una situación que manejaremos», dijo desde la Casa Blanca. Preguntado acerca de si esta nueva prueba militar modifica el enfoque de Washington, el mandatario aseguró que «no cambia nada» la estrategia. Por su parte, James Mattis, jefe del Pentágono y quien acompañaba a Trump, aseguró que el último misil lanzado por Corea del Norte alcanzó un altitud «mayor» a cualquiera de los anteriores, por lo que dijo que pone en «peligro la paz mundial y regional». «[El misil] alcanzó mayor altitud, francamente, que cualquiera de los intentos anteriores que han llevado a cabo», agregó el secretario de Defensa.

De acuerdo a la visión de muchos analistas que conocen de cerca el programa nuclear norcoreano, los avances son considerables tanto en términos de armas nucleares como de misiles, asegura Marco Milani, profesor de la Universidad de Carolina del Sur y experto en Corea. «Aún no controlan correctamente todos los aspectos. Todavía hay muchas dudas sobre la fiabilidad de la tecnología del misil balístico intercontinental, sobre la miniaturización de ojivas nucleares y sobre la precisión de los sistemas de misiles», dijo a LA RAZÓN Milani, quien, sin embargo, no alberga duda de que «si las cosas siguen como en la última década, ciertamente alcanzarán este objetivo».

La respuesta de Occidente a la escalada de tensión provocada por los continuos ensayos balísticos de Corea del Norte ha sido aumentar la presión económica sobre el régimen a través de sanciones. Así, el pasado 11 de septirmbre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una nueva resolución con el apoyo unánime de los 15 miembros del Consejo. El paquete incluyó la limitación de las importaciones de petróleo por parte de Corea del Norte, la prohibición de la exportación de textiles y la contratación de trabajadores norcoreanos en el extranjero. Días más tarde, Trump anunció nuevas sanciones unilaterales contra Pyongyang con la intención de cortar los fondos a su programa de misiles balísticos al restringir aún más el comercio con el país asiático. «Los bancos extranjeros afrontarán una amenaza clara: hacer negocios con Estados Unidos o facilitar el comercio con el régimen sin leyes de Corea del Norte», dijo entonces Trump tras la firma del nuevo paquete de sanciones.

El mandatario estadounidense ha intercambiado continuos insultos y amenazas con Kim Jong Un en su primer año de presidencia. En su discurso de septiembre ante Naciones Unidas, Trump advirtió de que no le quedaría otra opción que la «total destrucción» de Corea del Norte si se veía obligado a defenderse a Estados Unidos o sus alieados. Washington ha repetido también que todas las opciones están sobre la mesa respecto a su archienemigo, incluidas las militares, aunque prefiere una solución pacífica si el régimen de Pyongyang acepta abandonar sus programas nucleares y balísticos.