Videos

Obama acelera el cierre de Guantánamo con un traslado masivo

Con su mandato a punto de expirar, la gran promesa de campaña quedará incumplida

Varios presos participan en una sesión de oración en Guantánamo
Varios presos participan en una sesión de oración en Guantánamolarazon

Barack Obama transfirió ayer a 15 prisioneros del centro de detención de Guantánamo, en el que consiste el traslado de presos más numeroso producido durante su administración.

Barack Obama transfirió ayer a 15 prisioneros del centro de detención de Guantánamo, en el que consiste el traslado de presos más numeroso producido durante su administración. Son doce yemeníes y tres afganos, y han sido enviados a Emiratos Árabes. Con este movimiento, el presidente de Estados Unidos (EE UU) se acerca a cumplir la que fuera una de sus grandes promesas de campaña en 2007 pero no son pocos los que se preguntan si conseguirá llevarlo a cabo antes de que su segundo mandato finalice, tras las elecciones de noviembre.

Abierta desde el año 2002, Guantánamo se ha convertido en un vergonzoso secreto a voces para el Ejecutivo americano debido a las continuas acusaciones de tortura y tratos vejatorios por parte de los prisioneros. En un primer momento, cerrarla parecía fácil: con la opinión pública a favor de su cierre, pocos días después de aterrizar en el Despacho Oval, Obama lanzó una orden ejecutiva -decreto ley- que declaraba que la prisión tenía que ser cerrada antes de un año. Pero pronto se convirtió en un dolor de cabeza que ha persistido durante los dos mandatos del presidente cuando comenzó a tomar cuerpo la idea de que la alternativa a Guantánamo era transferir a los detenidos a terceros países o... a territorio americano. «Al cierre de Guantánamo se opone, en parte, gente que tiene miedo de que los detenidos sean trasladados a algún lugar cerca de ellos», ha declarado William Banks, director del Instituto para la Seguridad Nacional y el Antiterrorismo de la Universidad de Syracusa, a LA RAZÓN, «la otra razón es un poco más sútil, mucha gente, simplemente, creen que los presos deberían estar encerrados para siempre y no estar dotados de ningún derecho por su asociación con al-Qaeda». Actualmente, el Congreso impide a Obama utilizar fondos para cerrar Guantánamo o modificar cárceles en territorio americano para trasladar a los presos, entre otras cosas.

Puso el acelerador el pasado febrero, al presentar un programa al Congreso para transferir cierto número de prisioneros a países extranjeros y trasladar al resto -los que fuesen demasiado peligrosos- a otro centro penitenciario en el país. Declaró que el plan no consistía sólo en clausurar el trístemente conocido centro penitenciario, sino en «cerrar un capítulo en nuestra historia». A lo que añadía: «Mantener este centro abierto es contrario a nuestros valores», añadía «socaba nuestra ubicación en el mundo. Es visto como una mancha en nuestro historia de mantenimiento de los estándares más altos del Estado de Derecho». El profesor Banks considera que ha sido un «error político», que Obama tuvo varias oportunidades al principio de su presidencia de llegar a acuerdos políticos con miembros del Congreso en lo concerniente al complejo penitenciario, y no cree que Obama conseguirá cerrar la prisión antes de noviembre, lo que deja en el aire qué pasará con ella después de noviembre. Mientras que la aspirante demócrata, Hillary Clinton, se ha manifestado a favor del cierre de la prisión (pero no con la misma contundencia que Obama),Donald Trump, por su parte, pretende mantenerla abierta y llenarla de «tíos malos».

En una conversación con este periódico, Corrine Zoli, ha manifestado que el no haber cerrado Guantánamo no significa «un simple fracaso, pero sí un objetivo no conseguido» en el que el Congreso, las circunstancias y el surgimiento de otras milicias terroristas como el Estado Islámico (EI).