Siete horas sin trenes

El humo de un incendio en una estación abandonada invade los túneles del centro de la ciudad y obliga a cortar el servicio de metro y Cercanías. Más de 100.000 personas y 210 convoyes se vieron afectados por la incidencia.

El sistema ferroviario de Barcelona y sus alrededores tiene algo de eterno retorno. Cada semana hay pequeñas incidencias que, como una tradición perfectamente sicronizada, provoca retrasos y molestias. Estas, a su vez, se ven complementadas por un gran colapso que tiene lugar cada cuatro o cinco meses. La puntualidad de Renfe en este aspecto es envidiable. Si hace seis meses un problema con los semáforos dejaba sin servicio todas las líneas de Cercanías, posteriormente fue el AVE con un robo de cobre y ayer le tocó el turno a un incendio que inutilizó trenes y metro. La saturación de trenes en unos pocos túneles en Barcelona tiene estas complicaciones. Cualquier incidencia se magnifica sin apenas margen de maniobra. Para colmo del sufrido usuario, la respuesta de las administraciones cuando el servicio se paraliza es siempre la misma: echarse la culpa entre ellos.

Así las cosas, la circulación de trenes de Renfe y Cercanías se vio interrumpida durante casi siete horas entre las estaciones de Sant Andreu Arenal y la estación de Sants después de detectarse una acumulación de humo en los túneles de Barcelona. El incidente obligó a cerrar seis estaciones de tren y también un tramo de la línea 1 del metro de Barcelona. Hacia las once de la mañana empezó a recuperarse parcialmente la circulación de trenes por el centro de Barcelona y pasadas las doce del mediodía Renfe anunciaba que se restablecía por completo el servicio, aunque fuera de horario y con abundantes retrasos hasta media tarde. El colapso afectó en total a más de 72.000 pasajeros y a 210 trenes que debían circular por el centro de Barcelona, según Renfe. Desde la Generalitat, no obstante, elevan los usuarios afectados a más de 100.000 ya que la operadora dejó de contar a media mañana. Las estaciones periféricas de Barcelona se convirtieron en una ratonera ante la falta de servicio ya que los trenes no podían circular por algunas de las estaciones más concurridas como Sagrera-Meridiana, Arc de Triomf, Clot-Aragón, Paseo de Gracia, Estación de Francia y Plaza de Cataluña, aunque el humo llegó hasta el vestíbulo de la estación de Sants.

Según los primeros indicios, el fuego se originó en una estación abandonada en las inmediaciones de la plaza de las Glòries. Al parecer, es frecuentemente utilizada personas sin techo como albergue improvisado. La acumulación de basuras y residuos hicieron el resto. Pese a las dificultades de acceso, los Bomberos pudieron escabullirse dentro del túnel, solo se puede acceder por las vías ya que no hay ventilación ni entradas y sofocar el humo, aunque el humo ya se había extendido por la red. Renfe, a su vez, hizo circular trenes vacíos para intentar disiparlo.

La reacción de las administraciones no se hizo esperar. La Generalitat le echó la culpa a Renfe, Renfe a Adif y Adif a la Generalitat. El presidente de Adif, Gonzalo Ferre, afirmó que nadie vivía en la estación abandonada y que, cuando detectaron personas, lo denunciaron los Mossos. Por lo que la policía catalana debería haber actuado. El consejero de Territorio, Josep Rull, le respondió que «son excusas» y que «con un buen mantenimiento esto no habría pasado», además de señalar que la estación abandonada es perfectamente accesible con solo saltar un muro. Por ello, reivindicó una vez más el traspaso de competencias. Desde Renfe apuntaron que a ellos solo les corresponde el mantenimiento de los trenes, no de las estaciones.

Interrumpida la circulación ferroviaria en los túneles de Barcelona. pic.twitter.com/ZhYuyKRoHF