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Mas barrunta su fracaso

La Razón
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La campaña electoral catalana tiene esta próxima semana un acto capital. Clave para el independentismo, que buscará la movilización ante el envite soberanista. Es la última oportunidad de Artur Mas de hacer visible un desafío al Estado que pierde fuelle semana a semana y que, desde la pantomima del 9-N, y tras el jarro de agua fría de los líderes políticos de la Unión Europea, no logra enderezar su rumbo. LA RAZÓN se hace eco hoy de una ecuesta de NC Report reveladora del fracaso que se barrunta en las filas de Junts pel Sí. Según ésto, para más del 76% de los encuestados el intento separatista acabará fracasando, algo en lo que sin duda tiene un peso específico las incongruentes explicaciones de Mas en el Parlamento catalán a cuenta del 3 por ciento y los casos de corrupción en Convergència. Las negaciones sobre la trama de corrupción y abusos en las filas convergentes no logró convencer al 82% de los encuestados, algo que sin duda se ha traducido en la desafección ante el proyecto del president. En la encuesta también se observa, de manera clara, el rechazo que provoca el envite de Mas y la voluntad integradora de los encuestados hacia Cataluña, pero no hacia un proyecto que sólo busca hostilidad. Ante esa realidad constatable el 27-S, Artur Mas, el presidente de la Generalitat en funciones y número cuatro de la candidatura independentista Junts pel Sí continúa con su «independencia de buen rollo», como afirmó hace escasos días en un gesto de ligereza política y social ante el desfiladero al que ha encaminado a toda su comunidad. Por cerrar los ojos a la evidencia, ni siquiera escucha otras voces autorizadas que le llegan de fuera de España. Para Mas son también testimonios interesados, condicionados. Insiste en que él y sus compañeros de lista no han llegado a las elecciones del 27 de septiembre porque se les haya «ido la olla». Según Mas, «la mayoría de voces» contrarias al proceso secesionista catalán «vienen de Estados que se protegen entre ellos», por lo que defendió –en un increíble nuevo salto mortal en el absurdo– que «la independencia es buena para Cataluña, para el conjunto del Estado y para la Unión Europea». Justo lo contrario de lo que le repiten constantemente. Mas hacía alusión así a las palabras de este pasado viernes del primer ministro británico, David Cameron, y a las de la canciller alemana, Angela Merkel, el martes, en las que aludieron al proceso independentista catalán y donde aseguraron que una Cataluña independiente se tendría que poner a la cola para entrar en la Unión Europea. Mas barrunta su fracaso, ese que ha conseguido diblar durante los últimos cinco años al frente de la Generalitat, donde se ha visto obligado a convocar dos elecciones en tan escaso periodo de tiempo. Su escapada ha finalizado.