El Papa: «Los musulmanes tienen muchos valores, se puede dialogar con ellos»

El Papa finalizó ayer la etapa más peligrosa de su viaje africano queriendo ser ejemplo de paz. Visitó la mezquita del barrio del Kilómetro 5, donde el domingo dos cristianos murieron asesinados, y se encontró con el imán Tidiani Moussa Naibi para tender puentes y decir no al odio, no a la violencia, no a la venganza. El líder musulmán aseguró que a pesar del conflicto que asola el país, los cristianos y los musulmanes «están condenados a vivir juntos y a amarse».

«El Papa ha demostrado que es posible. Lo que hemos visto ha sido un verdadero encuentro interreligioso. Le han dicho al pueblo: podéis elegir la paz, porque está dentro de nosotros», explicó Nabil Khan, médico musulmán que ha atendido a cientos de refugiados centroafricanos desde el inicio de la violencia. «La gente tiene que entender que lo que ocurre en la República Centroafricana no es un conflicto religioso, es un conflicto político. El problema es que la identidad religiosa del pueblo se ha confundido con la identidad política y ha llegado un momento en el que nadie tiene claro por lo que lucha», añadió. «Dios es paz, salam», afirmó el Papa en la mezquita ante la comunidad musulmana, donde también recordó que los ciudadanos del país han de «permanecer unidos para que cese toda acción que, venga de donde venga, desfigura el rostro de Dios y, en el fondo, tiene como objetivo la defensa de intereses particulares en perjuicio del bien común».

En una capital de violencia continua, ayer se vivió una fiesta en la que no hubo espacio para la guerra: mujeres musulmanas y cristianas hablaban y reían, compartieron comida, cantaron y bailaron. «Ojalá esto sea tan sólo el principio de un futuro de luz y unidad, parece imposible, pero el Papa Francisco ha conseguido algo muy difícil: ha abierto horizontes, sin miedo, y ha unido a miles de personas», dijo Charles Ndosi, sacerdote centroafricano residente en Kenia. Por su parte, Mohammadou Aboubakar, imán centroafricano, explicaba que el Papa se había convertido en un líder universal. «La bendición del Papa no fue sólo para el pueblo de mi país. Bendijo a todo el continente, a todo el mundo», afirmó.

Ya en el avión que le trasladó a Roma, y tras ser preguntado por las relaciones entre cristianos y musulmanes, dijo: «Se puede dialogar. Ellos tienen muchos valores constructivos. La oración y el ayuno son valores religiosos. No se puede borrar una religión porque haya algunos o muchos grupos fundamentalistas en un cierto momento de la historia». En este sentido, se refirió a las guerras de religión, «que siempre han existido», y añadió que también los cristianos «tenemos que pedir perdón». En cualquier caso, insistió en que se puede dialogar con los musulmanes y recordó su paso por la mezquita de Bangui. «Incluso el imán quiso venir conmigo en el papamóvil para saludar a todos los que se habían congregado en las inmediaciones para saludarles. Allí estaban el Papa y el imán».

También en su encuentro con los periodistas de camino a Roma, Francisco abordó cuestiones como el sida, los problemas de África, el cambio climático o su próximo viaje a México. Sobre si la Iglesia va a permitir o no el preservativo, respondió así: «Me parece una pregunta pequeña, parcial». Y explicó que hay antes cuestiones más importantes: «La malnutrición, el trabajo esclavo, la falta de agua potable, el tráfico de armas... Cuando todos estén curados y el ser humano tenga estas necesidades cubiertas, entonces podremos hacernos la pregunta. Lo que digo hoy es: haced justicia». También fue contundente sobre la Cumbre del Clima: «O se cambia ahora o nunca más. Estamos al borde del suicidio, por usar una palabra fuerte».