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XII Encuentro Anual de la Tartamudez: «Somos un colectivo de valientes»

El XII Encuentro Anual de la Tartamudez trata de desterrar los prejuicios

Los participantes del encuentro, ayer, en Alcalá de Henares
Los participantes del encuentro, ayer, en Alcalá de Henareslarazon

La cultura debería servir para unir a las personas, pero en algunas ocasiones las distancia. Desde siempre se ha recurrido a los estereotipos para simplificar los mensajes y hacerlos llegar más fácilmente a la sociedad, aunque ello implique identificar a un colectivo con una imagen irreal. Un ejemplo es el de las personas con tartamudez, caricaturizadas numerosas veces en el cine a través de personajes exagerados. Y el humor también ha puesto de su parte cuando tradicionalmente ha caído en hacer chistes. «Somos el recurso del humorista en decadencia que tiene que reírse de alguien porque no sabe reírse con alguien», sostienen desde la Fundación Española de la Tartamudez (TTM). En esta organización quieren acabar con el desconocimiento y los prejuicios de la sociedad. Por ello, desde la Fundación tratan de borrar este estigma con la puesta en marcha de una campaña de normalización a nivel nacional. Una medida dada a conocer en el día de ayer en la inauguración del XII Encuentro Anual de la Tartamudez. Hasta el domingo, sus miembros compartirán experiencias y actividades, pero, por encima de todo, persiguen fomentar una conciencia en la población para ser vistos como cualquier otro ciudadano. «Hasta ahora, ha sido un acto interno, pero esta vez queremos abrirnos a la sociedad», afirma Yolanda Sala, organizadora del evento. «Lamentablemente, la tartamudez no está de moda, pero tenemos necesidad de comunicar», añade.

El acto principal de ayer fue un coloquio interno para los asistentes. «La única oportunidad social que tienen algunos de nuestros miembros es en este coloquio. Queremos que todos tengan su momento de gloria», sostiene Sala, que pasó varios años asistiendo a estos encuentros hasta que se decidió a tomar la palabra. «Esto sirve de trampolín para la vida real», apunta Rafael del Castillo, que ha tomado el tren desde Córdoba para reunirse con su segunda familia. Acudió a la Fundación cuando entró como profesor asociado en la universidad y tenía que enfrentarse a aulas repletas de alumnos. Desde entonces, ha aprendido a aceptar la tartamudez. Se lanzó a la política y actualmente es uno de los cabezas de lista de IU para entrar como concejal al Ayuntamiento de Córdoba. Y a la hora de dar mítines, su tartamudez no supone ningún problema. «Somos un colectivo de valientes, somos todos Don Quijote. Para nosotros, el hecho de comprar el pan es un acto heroico. Cada día es una oposición», concluye Sala, desde la ciudad que vio nacer a Cervantes.

Una victoria en el museo

El colectivo consiguió el mes pasado una pequeña victoria. Durante las visitas guiadas del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias de Valencia, un actor interpretaba a un mayordomo con tartamudez para entretener a los visitantes más jóvenes. La Fundación TTM denunció la «asociación de la tartamudez con un personaje de bajo rango social», así como el hecho de «hacer mofa» ante niños. Consecuentemente, el museo dio marcha atrás y afirmó que revisaría el guión.