
Inteligencia artificial
Donald Trump, presidente de EE.UU., insiste en Acción de Gracias en su mensaje sobre la IA: "Nunca me ha gustado la palabra artificial"
Pese al desacuerdo con su nomenclatura el máximo mandatario estadounidense se rinde ante el potencial que debe conferir a su país una tecnología en la que ha multiplicado su apuesta

Desde su llegada de nuevo a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, Donald Trump ha mostrado una implicación elevada por cuanto rodea a la inteligencia artificial. Las señales que apuntan a que se puede tratar de una disciplina que lidere toda una revolución en investigación y conocimiento son evidentes y el máximo mandatario estadounidense no ha querido ignorarlas.
Así, al respaldo institucional que han obtenido compañías como AMD o NVIDIA, pese a sus rencillas iniciales, se suman iniciativas más recientes como la Misión Géminis, una iniciativa con la que aspira a retomar el liderazgo tecnológico mundial impulsando avances en materia energética, de defensa o científica con la ayuda de la inteligencia artificial.
La buena sintonía y la apuesta de la administración estadounidense por los avances de la mano de la IA son evidentes, aunque hay aspectos que no acaban de convencer al ocupante del Despacho Oval. Uno de ellos, tal como ha reconocido estos días de nuevo, es el propio nombre de la disciplina en sí. ¿El motivo? A Donald Trump no le gusta el adjetivo "artificial".
Trump reconoce el potencial de la IA para EE.UU.
Una idea que volvió a poner de manifiesto en su discurso por el Día de Acción de Gracias desde su residencia en Mar-A-Lago. En ella, Trump destacó los pasos de su administración para explotar el potencial que apunta la inteligencia artificial: "Estamos construyendo plantas. Estamos construyendo Estamos construyendo fábricas, fábricas de automóviles, plantas de IA, todo el asunto con la inteligencia artificial."
Sin embargo y tras esas palabras, Donald Trump no pudo evitar recordar que la denominación de dicha tecnología no acaba de ser de su agrado, aunque sí lo son los potenciales beneficios a los que apunta: "No sé la palabra. Nunca me ha gustado la palabra artificial. No sé qué son las artificiales. Creo que deberían cambiar el nombre. Siempre he dicho que es un nombre pésimo para tener. Artificial es cualquier cosa, pero es un gran negocio", apostilló.
No es la primera vez que Donald Trump apunta esta idea. De hecho, el pasado 23 de julio, cuando la Casa Blanca publicó el “Plan de acción sobre IA”, ya dejó clara su opinión sobre la designación escogida para la tecnología que protagoniza la gran mayoría de proyectos actuales:
“No lo soporto. Ni siquiera me gusta el nombre. No me gusta nada que sea artificial, así que ¿podríamos aclarar esto, por favor? Deberíamos cambiar el nombre. Lo creo de verdad. No me gusta la palabra «artificial», porque no es artificial. Es genial. Es pura genialidad”
Una muestra más de que el presidente de los Estados Unidos se encuentra ampliamente implicado en todo lo que rodea a la inteligencia artificial y por unas capacidades en las que no quiere que Estados Unidos se vea superado por otras potencias como China. Y si para ello ha de redoblar los esfuerzos y promover planes que se comparan ya con el Proyecto Manhattan, iniciativa para desarrollar las primeras armas nucleares, esa será su apuesta por muy poco que le guste el nombre de la tecnología que la impulse.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


