
Comercio tecnológico
Trump intentó despedazar Nvidia hasta que conoció a su CEO: "Vamos a romperlo"
Asesores del presidente alertaron de la complejidad de limitar la posición de la compañía y Jensen Huang acabó por persuadir a la administración de los beneficios de su comercio

En los negocios existen puntos de inflexión que pueden cambiar el devenir de un proyecto y su futuro a medio y largo plazo. Las regulaciones gubernamentales juegan un papel destacado y la adaptación de las compañías resulta innegociable, si bien hay ocasiones en que ni la más poderosa de las administraciones puede influir en una firma cuando ésta ha consolidado una posición de liderazgo.
Ese escenario fue el que se encontró el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al saber del dominio de Nvidia, la empresa líder en el sector de las unidades de procesamiento gráfico (GPUs). El máximo dirigente estadounidense confesó la pasada semana en el marco de la cumbre "Ganando la Carrera de la IA" celebrada en Washington D. C. y organizado por el podcast All In y el Hill & Valley Forum que trató de “acotar” el dominio de la compañía que lidera Jensen Huang, hasta que le conoció y éste le hizo comprender los beneficios que su posición le iba a reportar al país.
Pasar de objetivo a aliado comercial
Trump señalaba en el acto celebrado en la capital estadounidense que durante una conversación con uno de sus asesores fue conocedor de lo destacado de Nvidia en la creación de chips destinados a inteligencia artificial y planteó darle cierta competencia: "Antes de aprender las verdades de la vida, dije: 'Lo desmembraremos'". La idea de Donald Trump cambió tras cumplir de forma adecuada su asesor con su papel y poner en conocimiento del presidente la capacidad de Nvidia, reconocida incluso por el director ejecutivo de Intel Lip-Bu Tan, uno de sus más directos rivales.
Tras comprender Trump la magnitud del negocio de Nvidia, en particular analizando con su equipo el tiempo y esfuerzo económico que le supondría acercar cualquier proyecto al dominio actual de la compañía de Jensen Huang, optó por el plan B: contar con Nvidia como aliada, cuestión que, como el propio Trump confesó durante la cumbre, se reafirmó tras conocer a Huang: “Luego conocí a Jensen y ahora entiendo por qué su posición”.
Durante la reunión entre la administración Trump y Jensen Huang, el dirigente nacido en Taiwán logró persuadir a sus interlocutores para que le permitieran vender sus chips H20 a China, cuestión que Estados Unidos había limitado para no servir tecnología a su histórico rival asiático que le ayudara con avances que pusieran en peligro la posición estadounidense.
Por supuesto, Estados Unidos limitó la gama de los procesadores vendidos por Nvidia a China, tal como reconoció el secretario de Comercio, Howard Lutnick, quien además del beneficio económico señaló como objetivo de esta apertura de comercio generar necesidad en los desarrolladores chinos: “Son solo los cuartos mejores chips de IA y la idea es que se enganchen a la tecnología estadounidense", apuntó.
Así las cosas, la capacidad de persuasión de Jensen Huang quedó patente incluso ante una figura tan autoritaria como Donald Trump, demostrando que el buen hacer del director ejecutivo de Nvidia va más allá del ámbito meramente tecnológico y que las negociaciones y su talante también forman parte del éxito de la compañía.
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