
Descubrimiento
El mapa bíblico que, por error, cambió la forma de entender el territorio
Un mapa invertido en una Biblia del siglo XVI llevó a los lectores a imaginar la Tierra Santa como un espacio real y medible, dando origen a una nueva forma de pensar el poder y las fronteras

Un simple error de imprenta cambió para siempre la manera en que entendemos el mundo. En 1525, una edición de la Biblia publicada en Zúrich incluyó un mapa de Tierra Santa orientado al revés: el mar Mediterráneo aparecía al este en lugar de al oeste. Lo que parecía un fallo sin importancia acabó alterando la forma en que generaciones enteras imaginaron el espacio sagrado.
Según un nuevo estudio de la Universidad de Cambridge y el análisis del teólogo Nathan MacDonald, aquel mapa no solo ayudó a visualizar los territorios bíblicos, sino que contribuyó aligar la religión con la idea de soberanía y de Estado.
El fallo que convirtió la Biblia en un mapa político
Hasta entonces, los mapas de Tierra Santa servían sobre todo para guiar peregrinaciones o representar simbólicamente las “tribus de Israel”. Pero a partir del siglo XVI, influenciados por la redescubierta cartografía de Ptolomeo, comenzaron a mostrar fronteras delimitadas como si fueran divisiones políticas.
MacDonald explica que estos mapas marcaron un antes y un después: lo que antes se interpretaba como una herencia espiritual pasó a verse como una posesión territorial concreta. Esa nueva “gramática visual” se filtró en los atlas y en la mentalidad de la época, transformando la lectura de la Biblia en clave política.
De hecho, los reformadores protestantes incorporaron mapas similares en sus Biblias, reforzando la idea de que Dios había dividido el mundo en pueblos y naciones con límites definidos.
Con el tiempo, esta visión ayudó a cimentar la noción moderna de los estados con fronteras fijas, una idea que (como apunta MacDonald) primero apareció en los mapas antes que en la práctica política. Lo que empezó como un error de orientación terminó influyendo en la forma en que Occidente entendió la relación entre fe, territorio y poder.
Cinco siglos después, el hallazgo recuerda que incluso los fallos más simples pueden tener consecuencias profundas. Un mapa mal orientado ayudó a dar la vuelta, literalmente, a la manera en que la humanidad se imaginó a sí misma sobre el papel.
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