Emiliano García-Page: «La próxima cena con Iglesias y Errejón me toca pagarla a mí»

No reniega de la vida pública ni en vacaciones, ya que siempre está atento al móvil. Confiesa que su hermano gemelo padece los males de ser político sin serlo

Hace dos meses abandonó el Ayuntamiento de Toledo por la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. Lo que no ha cambiado es su forma cercana de hacer política y su piso de 83 metros cuadrados. En otra vida, quizá le hubiéramos encontrado al volante de un autobús.

–Dijo que no pactaría con Podemos... ¿Donde dijo digo, digo Diego?

–Dije que no haría Gobierno con Podemos y no tengo coalición con Podemos. Me apoyaron en la investidura porque ni ellos ni nosotros teníamos otra opción. No me arrepiento, están contribuyendo a la estabilidad.

–¿Ha vuelto a verse con Íñigo Errejón o con Pablo Iglesias después de la famosa cena?

–No, pero ya les mandé un mensaje a través de José Bono –que era el intermediario– para decirles que la próxima cena me tocaba pagarla a mí.

–¿Prevén verse de nuevo?

–Sí, no tengo el más mínimo inconveniente, es más, me resultaría agradable a esta alturas, sin ningún tipo de drama y sin que nadie lo vea como algo salvaje. También tengo interés en contactar con Albert Rivera.

–Felipe González confesó que no votó a Sánchez en las primarias... ¿No me diga que usted también apoyó a Madina?

–Dije en su momento que no iba a decir cuál era mi voto para no influir, pero apoyo radicalmente a Sánchez como líder del partido y candidato a La Moncloa. Me gustaría que Madina formara parte del proyecto de Pedro.

–¿Por qué a un barón siempre se le pregunta a quién quiere más a papá (Pedro Sánchez) o a mamá (Susana Díaz)?

–Los problemas internos de los partidos tienen mucho morbo. En este país el problema es que es relativamente fácil y entendible «matar al padre» e imposible «matar a la madre», por eso Pedro no puede complicarse la vida con Susana porque no responde al patrón de «matar a la madre», está mal visto.

–Si no hubiera sido político, ¿dónde estaría hoy?

–De chico tenía tres aspiraciones, raras y contradictorias. La primera: ser arquitecto, lo cual satisfago en la Junta, porque superviso multitud de proyectos. La segunda: me hubiera gustado dar clases, sobre todo en enseñanza media y universitaria. Y paradógicamente, tampoco me hubiera importado ser conductor de autobús.

–¿Y tiene el carné de autobús?

–No, pero lo he conducido porque tuve la ocasión de hacer la prueba en un circuito cerrado en la planta de Scania y nos dejaron conducir camiones y autobuses. Ya lo he cumplido, ya me puedo dedicar a ser arquitecto.

–Durante su vida pública, ¿ha recurrido alguna vez a su hermano gemelo?

–No, ni yo lo haría ni él lo permitiría. Me han pasado cosas llamativas como estar hablando en un mitin ante mil personas, que mi hermano entrara al acto y la gente se levantase a aplaudirle como si fuera yo. Tener un hermano gemelo en política es un fenómeno complicado, porque ya bastante difícil es ser político como para padecer los males de ser político sin serlo.

–¿Quién lo lleva peor?

–No lo lleva mal. Le han pedido de todo e incluso se hacen fotos con él, a pesar de saber que no soy yo. Mi hermano es más extrovertido, en su momento delimitamos claramente espacios, él se ocupaba de la noche y yo del día. (Risas)

–Castilla-La Mancha es de las regiones peor tratadas en Presupuestos, ¿comparte eso de que es un presidente «non grato» para Moncloa?

–En Moncloa estoy mejor visto que Cospedal, pero sólo a título personal.

–Ha estado unos días de vacaciones en Cádiz, ¿no compartiría casa y gastos con Carmena?

–No se con cuánta gente ha estado ella, yo he estado con 17 de familia. Personalmente tengo que decir que me gustaría que Manuela Carmena militase en el PSOE.

–Los crímenes de las chicas de Cuenca, el trasvase Tajo-Segura... ¿Ha sido capaz de desconectar en vacaciones?

–No, ni quiero. No reniego de la política, me gusta y soy el más beneficiado del móvil. Los problemas no piden permiso, suelo llamar por la mañana a la oficina y si me confirman que no hay problemas, entonces ya estoy tranquilo.

–«No tengo claro que Cospedal sepa pasar la aspiradora». Se refería a la corrupción en el PP, pero la frase causó mucha polémica. Y usted ¿pasa la aspiradora en casa?

–En el PSOE paso la aspiradora permanentemente, pero en casa soy más de hacer la compra y hacerla solo, termino antes.

–¿Llevará a Sánchez al obrador de Santo Tomé?

–Voy a intentarlo. Solemos decir que es muy difícil ganar las elecciones sin pasar por el obrador de Santo Tomé, aunque es en el ámbito local, procuraremos que Pedro venga.

–El PSOE de Castilla-La Mancha cuenta entre sus filas con el doble de David Bisbal y Olvido Hormigos. ¿No se han planteado hacer un «reality» político?

–Nunca he hablado con Olvido Hormigos y nunca nadie, salvo ahora, me ha hecho una pregunta sobre ella. El PSOE es un partido muy mayoritario que es incluyente en la sociedad de Castilla-La Mancha y me quiero quedar con la Olvido Hormigos que se preocupaba por su pueblo, lo demás me importa poco. Y me quiero quedar con Ismael (doble de Bisbal), que es una persona entusiasta, ojalá hubiera mucha más gente que se implicara en política, tenga el pelo como lo tenga.

El lector

«LA RAZÓN fue un proyecto valiente en un momento difícil en el espectro mediático nacional, que desafió a medios instalados durante muchísimo tiempo. El primer año de vida del periódico, algunos pensaban que no tenía futuro. Por tanto, que un periódico por el que nadie apostaba cuando nació lleve tanto tiempo aguantando es un dato suficiente para leerlo. Comparto cosas y otras no, pero ocupa un espacio que alguien tiene que hacerlo en España».