Violencia de género

¿Maltratador y buen padre?

La Razón
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Tenía solo once años. Apenas había empezado a caminar por esa preadolescencia difícil y repleta de contradicciones. No sé qué relación tendría con su padre. Le querría aunque supiera que su madre lo había denunciado en dos ocasiones y que seguía intimidándola constantemente. O tal vez ignoraba lo que sucedía. Quién sabe. El caso es que se fue con él, con la confianza con la que se va con un padre. Y su padre lo mató. Ejerció la máxima violencia contra el objeto de sus iras, la madre del niño, a través de lo que ella más amaba: su hijo... No es la primera vez. Muchos maltratadores eligen esta forma de maltrato. Saben el dolor que sufrirán las víctimas al saber que les han arrebatado a sus hijos para siempre. Y, según los expertos, no se arrepienten, porque creen que hacen lo que deben. Solo así se explica la actitud de este último padre asesino de Oza que, tras mostrar a la Policía el cadáver de su hijo, dijo: «a ver si terminamos pronto, que estoy cansado». No quiero que el desprecio me empañe el criterio en la respuesta a dos preguntas inexcusables: ¿deben los padres maltratadores reunirse a solas con sus hijos? ¿Puede un maltratador ser un buen padre? La respuesta objetiva y sin pasión es doblemente negativa. Ningún maltratador debería estar a solas con sus hijos y mientras siga maltratando jamás podrá ser un buen padre.