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Cuando baja la marea

Gerardo Herrero vuelve a la dirección con «La playa de los ahogados», protagonizada por Carmelo Gómez y Antonio Garrido.

Cuando baja la marea
Cuando baja la marealarazon

Gerardo Herrero vuelve a la dirección con «La playa de los ahogados», protagonizada por Carmelo Gómez y Antonio Garrido.

Todo vuelve. El eterno retorno del pasado al futuro, y viceversa, mordiéndose la cola mutuamente. Como en la filosofía nihilista, como en Madame Bovary o como en Milan Kundera, en la nueva película de Gerardo Herrero, «La playa de los ahogados», todo vuelve. Primero es el cuerpo asesinado de un marinero que el mar retorna a la costa para no dejarle sin justicia, la que tienen que impartir los policías que investigan la muerte, Carmelo Gómez y Antonio Garrido. Una pareja que conforma «un rasgo típico de género que está en todo el cine y literatura de suspense y policiaco. El bueno y el malo, el yin y el yan. La paz, el sosiego y la tranquilidad de uno, y el brío y la necesidad que tiene el cazador ante la presa; son dos formas de mirar un hecho que provocan que los acontecimientos alrededor de él sean más relevantes, más contrastados. Intentamos sacarle a eso provecho de forma que no fueran sólo un policía la antítesis del otro, sino que también se compensasen», afirma Carmelo Gómez.

Matar es fácil

Vuelve, también, el pasado de tres marineros testigos de un neufragio y de... algo más, para no hacer «spoiler». Uno de ellos con más culpa que el resto, pretende borrar los recuerdos de los otros dos quitándoselos de en medio porque, como afirma Gómez, «bastantes veces la muerte del otro resuelve tus problemas». Y añade que asesinar «es fácil, está en la mano de cualquiera, afortunadamente deja de estarlo cuando tenemos educación, que se está viendo relegada, así que todo llegará». Y ya se están viendo los primeros brillos del aumento de la violencia según el actor: «Antes ver un crimen en España era algo muy excepcional. Y ahora ya no sólo está el terrorismo, sino la violencia de género o racial, los ajustes de cuentas... Las sociedades occidentales se están enfermando. Aquí todavía tener un arma está prohibido, pero cualquiera puede matar con un cuchillo que tenga en casa. Y digo que ‘‘todavía’’ porque habrá un momento en el que a alguien le interese vender armas o se pueda bajar el IVA con este negocio».

El género policiaco no posee una extensa tradición en cine español. Sin embargo, en los últimos años se está explotando este tipo de película, aunque dice Carmelo Gómez que el fenómeno primero aterrizó en las series, donde «se están defendiendo mucho a las fuerzas de seguridad y se les da protagonismo, y vete a saber por qué, aquí nada ocurre por casualidad... De algún modo, en las últimas encuestas salen los cuerpos de seguridad como los mejor parados de todos los grupos de la sociedad española, por encima de los investigadores, los filósofos, los médicos, los maestros, los poetas...y esto era impensable hace años. Es así porque se han vendido como los salvadores. Yo prefiero que lo siga siendo, aunque tenga una cierta desconfianza».

De lo que se fiaba Gómez era del clima gallego, pero les jugó una mala pasada a Gerardo Herrero y su equipo: «La idea era que todas las historias surgiesen de la bruma, creíamos que nos encontraríamos lluvias y nieblas, pero la verdad es que cuando llegamos en septiembre empezó un sol de justicia. Al principio dudábamos, pero optamos por rodar con el cielo soleado y así fue todo el proceso de rodaje. A la película le hubiera venido mejor esa imagen más gris pero a la vez llena de contrastes. Lo que hay en el fondo del mar se ve mejor con nubes que con sol. Y siendo un ‘‘thriller’’ en el que había que ver detalles específicos, barcas abandonadas, muertos que aparecen en la playa, hubiese estado mejor con una luz no tan radiante».