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El chiringuito de Pedrerol: El abrazo del éxito

Florentino Pérez y Zidane se abrazaron tras la Undécima en un gesto sincero, lleno de complicidad y cariño, tras una apuesta arriesgada que no les pudo salir mejor

En el palco de San Siro, tras el pitido final, presidente y entrenador dejaron patente su gran relación y el grado de confianza que tienen entre sí
En el palco de San Siro, tras el pitido final, presidente y entrenador dejaron patente su gran relación y el grado de confianza que tienen entre sílarazon

Florentino Pérez y Zidane se abrazaron tras la Undécima en un gesto sincero, lleno de complicidad y cariño, tras una apuesta arriesgada que no les pudo salir mejor

Con Zidane llegó la Undécima. Y lo primero que hizo el entrenador francés en la ceremonia del palco de San Siro fue subir el escalón que le separaba de Florentino Pérez para fundirse con él en un gran abrazo. Un gesto sincero entre dos amigos, entre dos cómplices, entre dos profesionales entregados al Real Madrid. Presidente y técnico se abrazaron con la satisfacción del deber cumplido tras una apuesta arriesgada cuando, a finales de 2015, la temporada parecía perdida.

Un técnico sin experiencia

Zidane, que dirigía al Castilla en Segunda B, no tenía experiencia como primer entrenador de élite y cogía a un equipo hundido física y anímicamente, descolgado en Liga, eliminado en la Copa, sin dar buenas sensaciones en Champions y con la afición dividida. Florentino sabía a lo que se exponía si las cosas no iban bien. Pero confió en el goleador de la Novena y ayudante de Ancelotti en la Décima. Y sí: con Zidane llegó la Undécima.

Los valores del Madrid

Desde su estreno ante el Dépor, el Madrid fue otro. La afición volvió a ilusionarse inmediatamente y el equipo resurgió. Zidane ha sido el artífice. Ha demostrado capacidad para unir al madridismo, para manejar los tiempos del fútbol, para levantar los ánimos primero y frenar la euforia después, para lidiar con la Prensa, para hacer que todos los futbolistas se sientan importantes, para recuperar la mejor versión de cada jugador, incluido Cristiano. Y todo lo ha hecho con trabajo, inteligencia, carácter ganador, mano izquierda o dura, según hiciera falta, sensibilidad y humildad. Sin sentirse más importante que nadie, sino uno más. Cediendo el protagonismo a la plantilla. Encarnando en su persona todos los valores del Real Madrid.

Manteado

Y sus futbolistas se lo agradecieron con ese manteo sobre el césped de San Siro. Saben que Zizou ha sido fundamental para terminar en la cima una temporada en la que tocaron fondo y que con él pueden llegar muy lejos. Que puede ser el principio de una etapa exitosa que dure muchos años. El Madrid no sólo ha ganado la Undécima: ha ganado tiempo y confianza en el proyecto Zidane.

La servilleta

Ahora, con la ventaja que dan el éxito y los triunfos, Zizou tendrá tranquilidad para trabajar desde la pretemporada. El abrazo con Florentino simboliza la confianza y la victoria tras esa difícil apuesta que les ha salido perfecta a los dos. Es la complicidad que nació en aquella servilleta bajo la mesa de un restaurante. Se la pasó el presidente al «crack» francés, y decía: «¿Quieres jugar en el Madrid?». «Yes», respondió Zidane. Ahí empezó todo.