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El otro desafío del Atlético

Reportaje / El Wanda Metropolitano. Antonio Cruz, el arquitecto que ha diseñado el estadio, se ha preocupado de que la nueva casa rojiblanca sea reconocible

Las obras continúan en el Wanda Metropolitano para poder inaugurar el estadio en septiembre
Las obras continúan en el Wanda Metropolitano para poder inaugurar el estadio en septiembrelarazon

Antonio Cruz, el arquitecto que ha diseñado el estadio, se ha preocupado de que la nueva casa rojiblanca sea reconocible

Las obras no se paran en el Wanda Metropolitano. Continúan a ritmo de rock o de reggaeton, según la zona, con el objetivo puesto en el mes de julio, cuando el Atlético debe recibir las llaves de su nueva casa. Quedan cuatro meses para eso. Algo más para que el club rojiblanco pueda jugar en su nuevo campo, que de momento luce con orgullo el anillo de la cubierta que protegerá a la mayoría de espectadores que ocupen sus asientos. Un anillo que se sujeta sólo con la tensión de los cables que lo unen a la estructura del estadio. El diseño de la cubierta ha sido lo más complejo para Antonio Cruz, el arquitecto del estudio de arquitectura Cruz y Ortiz. «Técnicamente ha sido un desafío importantísimo. Lograr toda esa exactitud formal. La diferencia entre la distancia calculada con la distancia real lograda con el borde de la cubierta son ocho centímetros. Un ocho por mil de error. Es de una exactitud tremenda», explica. La precisión en los cálculos resulta fundamental. «La cubierta es una membrana hecha con una base de fibra de vidrio revestido de teflón, que es lo que utilizan las velas de los barcos de competición. Es un material autolimpiante, el polvo se resbala y se limpia, es de una durabilidad más elevada que otros tipos de materiales. Es más delicado porque no es tan flexible y la perfección en la confección tiene que ser mejor, pero por ahora va todo perfecto», cuenta el arquitecto.

Cruz fue también el diseñador del estadio original sobre el que se asienta el Wanda Metropolitano. «Es mucho más complicado hacer una ampliación de cualquier edificio que un edificio nuevo», confiesa. Por eso, la conjunción entre la estructura antigua y la moderna ha sido lo más complicado para él. «Lo más difícil para mí personalmente ha sido lograr que el edificio tenga una unidad, conservando la imagen del edificio primero, que era muy conocida. Que se mantenga, que cualquiera que venga aquí y se sitúe en la plataforma Oeste siga reconociendo los rasgos del edificio que ya existía. Sin embargo, todo el edificio ahora es un conjunto en el que no se destaca arquitectónicamente qué es lo nuevo y qué es lo viejo. Técnicamente para mí es lo más difícil», afirma. Las aberturas en los laterales de esa grada ayudan a identificar el estadio primitivo, La Peineta. Las otras tres gradas son completamente cerradas.

La principal preocupación continúan siendo los accesos. El estadio puede estar acabado en julio, pero hay que llegar hasta él. Por eso, el Atlético se ha comprometido a aportar 44 millones para comenzar las obras. Ocho millones se dedicarán a las conexiones con la M-40, que al paso por la salida de la Avenida de Arcentales, la más cercana al estadio, es un atasco constante en la actualidad. 30 millones se destinarán a urbanizar el perímetro del estadio, los viales y los accesos, y seis millones, a la construcción del aparcamiento. Son obras que debían ser asumidas por el Ayuntamiento, pero el Atlético necesita agilizarlas para poder trasladarse al comienzo de la próxima temporada. La inversión se descontará del coste final de la parcela, estimado en 60 millones. El Atlético acometerá las obras de acceso básicas para poder inaugurar el estadio en septiembre. Para eso ya está en conversaciones con el Ayuntamiento y se están realizando las primeras catas de terreno en los alrededores del Metropolitano para comenzar las obras lo antes posible. El tiempo previsto para completarlas es de nueve meses, aunque el Atlético espera que pueda reducirse a seis.

En 2018 comenzará una nueva fase de obras en los accesos que ya correrá a cargo del Ayuntamiento. El proyecto inicial no ha sufrido muchas modificaciones. «Ha sufrido muchas perfecciones, nuevas exigencias», puntualiza Antonio Cruz. «Sobre todo es un edificio tecnológicamente mucho mejor dotado de lo que era originalmente. El proyecto inicial se hizo en el año 2004. Todas las técnicas han ido evolucionando. Por ejemplo, la iluminación. Cuando empezamos el proyecto de iluminación, la empresa fabricante, Philips, nos dijo que la lámpara que íbamos a utilizar todavía no estaba fabricada. Era un proyecto. Estamos utilizando la última tecnología, que es la que este año está produciendo Philips, no la que Philips tenía cuando hicimos el primer proyecto», cuenta.

«El ejemplo de las luminarias puede aplicarse a las telecomunicaciones, a la red de comunicación inalámbrica. Cuando llegue el descanso y usted coja su móvil va a tener línea, cosa que no sucede en todos los estadios y así en todos los aspectos las exigencias del Atlético de Madrid han sido las más altas», añade. El estadio tiene una capacidad prevista de 68.000 espectadores, un aforo que todavía hay que precisar con exactitud y más de 45.000 personas han elegido ya el suyo para la próxima temporada.

Una despedida de Champions

Las oficinas del Atlético continuarán en el Vicente Calderón hasta que el nuevo estadio esté completamente operativo. Y eso será, según las previsiones del club, en los primeros días de septiembre. Las dudas y las protestas por el evento que servirá para despedir al Manzanares pueden quedar solucionadas por una pequeña «desgracia» deportiva. La clasificación actual «condena» al Atlético a disputar la previa de la Liga de Campeones. Para entonces, el Wanda Metropolitano aún no estará operativo, por lo que lo más probable es que sirviera para despedir al Calderón.