Real Madrid

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Factor Kovacic

Titular en los dos últimos clásicos, ha demostrado que ya es importante en el Madrid

Kovacic y Casemiro, en un entrenamiento del Madrid
Kovacic y Casemiro, en un entrenamiento del Madridlarazon

Titular en los dos últimos clásicos, ha demostrado que ya es importante en el Madrid.

Hay una jugada que los aficionados del Real Madrid repiten desde el miércoles en las redes sociales: es un cara a cara entre Kovacic y Busquets, en el que el centrocampista croata del Madrid regatea a su rival azulgrana y sale por velocidad para comenzar una jugada de ataque del equipo de Zidane. En el duelo de mediocentros del clásico, el dinamismo del madridista contrastó con el triste partido del azulgrana, sin ayudas y sin poder contener a los centrocampistas rivales.

Kovacic fue fichado con Benítez en el banquillo, pero Zidane se ha convertido en uno de sus grandes valedores. Zidane y el resto de la plantilla, que ven en el croata un futbolista perfecto para que el resto del equipo juegue con tranquilidad. Y aunque le costó un poco hacerse un hueco, los dos choques de la Supercopa han demostrado que Kovacic ha dado un salto de gigante para convertirse en un jugador de referencia en este Madrid. Es el ejemplo perfecto de cómo los hombres de segunda fila pueden tener minutos decisivos si son capaces de demostrar personalidad y fiabilidad.

Kovacic ya tuvo un papel importante la temporada pasada y da la impresión de que su protagonismo va a aumentar, pese a que el Real Madrid ha fichado a dos centrocampistas (Ceballos y Marcos Llorente) que podían quitarle el hueco. Pero está claro que no se va dejar.

En Italia jugaba más de media punta, en el Real Madrid ha sido muchas veces interior y siempre ha reconocido que lo que le gusta ser es mediocentro. Otros jugadores, en ese baile de posiciones se perderían; Kovacic cumple en las tres y está destacando en todas. Cuando llega al borde del área, tiene un pase con el interior del pie como un media punta; de interior no descansa nunca y puede ir al ataque o dedicarse a vigilar a Messi, como hizo en la ida de la Supercopa; y de mediocentro, como el pasado miércoles, es capaz de contagiar su ritmo al equipo.

Si el Madrid salió con ganas de comerse el mundo, corriendo sin parar para evitar la salida del balón del Barcelona, fue en parte por el contagio con la manera de jugar de Kovacic.