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Zidane: «Cuando era jugador me decía que jamás sería entrenador»

El técnico del Real Madrid pasó de entrenar en Segunda B a coger la primera plantilla del equipo, el banquillo más codiciado del mundo

Zidane en el banquillo en el encuentro frente al Nápoles
Zidane en el banquillo en el encuentro frente al Nápoleslarazon

El técnico del Real Madrid pasó de entrenar en Segunda B a coger la primera plantilla del equipo, el banquillo más codiciado del mundo

A la espera de que el viernes se conozca el rival de los cuartos de la Champions y del partido del sábado contra el Athletic, Zidane hace un pequeño repaso de su trayectoria como entrenador en la página web de la FIFA. “Soy consciente que haber ganado la Champions League en mi primer año fue algo extraordinario, pero ahora estamos luchando por repetir y también por ganar el título de liga. Es lo que pasa con el fútbol, no se detiene nunca. Los títulos quedan rápidamente en el pasado y siempre hay que confirmar”, dice el entrenador francés, muy reacio a conceder entrevistas a los medios. Es un misterio saber lo que piensa Zidane de muchos de los asuntos y a él tampoco le gusta dar muchas claves futbolísticas en las conferencias de Prensa. Era un futbolista callado, pero como entrenador es más expansivo. Ha cambiado: Cuando era jugador me decía que jamás sería entrenador. Tras mi retiro me dediqué a otras cosas, y aunque siempre estuve dentro del fútbol y siempre cerca del Real Madrid, me di cuenta que el lugar donde realmente quería estar era en la cancha”.

Y está disfrutando con su nueva función, que es más agotadora que la de futbolistas: “Como jugador sólo te preocupas de ti mismo, de lo que haces en el terreno de juego, pero no demasiado del resto del equipo. Aunque bueno, en mi caso siempre di buenas asistencias a mis compañeros, así que un poco sí me preocupaba por ellos (risas). Como entrenador, en cambio, tienes que ocuparte de todo el grupo, de 24 jugadores, y no sólo de ellos, sino de lo que pasa alrededor de un partido de principio a fin”.

Pasó de entrenar en Segunda B a coger al Real Madrid, el banquillo más codiciado del mundo: “Tenía clarísimo que estaba pasando a una dimensión completamente distinta. Eso sí, me sentía preparado porque conocía la casa. Tras 15 años en el club sabía lo que significaba ese vestuario y el club en general. Lo que restaba era trabajo y más trabajo. Había que hacer valer mis ideas, y ahí están los resultados”, asegura.

Sí echa de menos su época de entrenador pero sabe que la nostalgia no aporta nada, no permite seguir caminando. Sólo vale el esfuerzo: “Más allá del talento, siempre hay que estar dispuesto a trabajar. Sin trabajo no se puede hacer nada”, dice.

Eso sí, asegura que cuando era futbolista, los entrenadores no debían quejarse de él: “Me adaptaba a todo y mi labor era que los otros jugaran bien, así que nadie podía quejarse... ¡De hecho, me encantaba hacer anotar a mis compañeros! Eso, sin duda, le gustaba a mis entrenadores.”