Juegos Olímpicos

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520 millones para salvar los Juegos

El Comité Olímpico InternacionaI se ha visto obligado a adelantar esa cantidad para que la competición en Río sea viable

La Villa Olímpica de Tokio 2020 ya tiene un positivo
La Villa Olímpica de Tokio 2020 ya tiene un positivolarazon

El Comité Olímpico InternacionaI se ha visto obligado a adelantar esa cantidad para que la competición en Río sea viable

Los Juegos de Río van a ser los más caros de la historia para el Comité Olímpico Internacional. Según fuentes cercanas al COI consultadas por LA RAZÓN, este organismo se ha visto obligado a aportar hace pocos días 520 millones de euros para el normal desarrollo de la cita olímpica a partir del 5 de agosto. Es una situación inédita para el COI, nunca se había enfrentado a un desafío así y a una sede en la que la falta de recursos económicos se ha agudizado en el último mes cuando incluso se decretó el estado de emergencia financiera. El Gobierno del país ya tuvo que aportar a principios de julio 765 millones de euros para cubrir temas relacionados con la seguridad y para la construcción de una línea de metro que se había paralizado. En el último mes, antes del encendido de la antorcha, Río ha recibido casi 1.300 millones de euros para que los Juegos puedan comenzar en poco más de una semana. «Porque el COI económicamente es una organización muy potente, que si no...», aseguran las citadas fuentes.

Las preocupaciones de los deportistas son otras. El problema con el que se han encontrado los que ya están en la ciudad brasileña es el estado de la Villa Olímpica. Todo empezó con las denuncias de los australianos y luego se sucedieron las quejas de italianos, argentinos, neozelandeses y también de los españoles. Y es que la situación de la Villa Olímpica dista mucho de lo que se prometía cuando, en los meses de febrero y marzo, algunos miembros del COI la visitaron. El comentario generalizado en aquel momento era que se trataba de una de las mejores Villas de la historia de los Juegos, que estaba al nivel de Barcelona o Pekín, pero... está construida, faltaría más, y a falta de pequeños detalles que pueden considerarse hasta normales en un evento de las dimensiones de unos Juegos. La clave de que algunos apartamentos no sean habitables son las deudas de la organización con las empresas constructoras, según las mismas fuentes del COI.

Desde la avanzadilla de la expedición española que ya está en Brasil se confía en que mañana, cuando llegue el grueso del grupo, esté todo solucionado «porque si no el escándalo sería enorme». «El problema es que una cosa es tener algo construido y otra cosa es que eso esté testado con tiempo. Esto no es una casa en la que entra un día un vecino, dos semanas después entra otro y al mes llegan dos más... Se trata de muchas casas en las que va a entrar muchísima gente entre deportistas, técnicos, médicos... Probablemente van a entrar 20.000 personas en muy corto espacio de tiempo y ahora la gente se ha encontrado con que no se había probado el agua caliente, la luz, los grifos, las tuberías, los desagües... Lo están testando con la gente dentro y ese es el problema», se afirma desde la delegación española. «Los primeros equipos que fueron, incluido el nuestro, que tiene un edificio entero precioso, el número 27, no estaba testado y eso se tiene que corregir. Esperemos que el día 29, cuando llega todo el mundo, esté todo arreglado».

¿Y qué dice el Comité Organizador? El martes prometieron que hoy estarían solventados todos los problemas en los 31 edificios de la Villa. Las prisas les han costado una sanción: fueron multados con unos 87.300 euros porque 630 trabajadores de las instalaciones olímpicas no tienen un contrato formal. Más complicado que la Villa es mejorar el estado del agua de la Bahía de Guanabara. «Lo único que nos queda es rezar para que los días de competición no sople el viento que lleva toda la mierda a la zona», se asegura desde la delegación española sobre la zona en la que se desarrollara la vela, aguas abiertas...

El presidente del COI, Thomas Bach, aterrizó ayer en Río y quitó importancia a los problemas de las instalaciones. «En el último par de días antes de los Juegos siempre hay un tema u otro por resolver. Los brasileños lo solucionarán. Serán unos fantásticos Juegos Olímpicos», afirmó el dirigente alemán. Mientras, Eduardo Paes, el alcalde de Río, entregaba las llaves de la Villa a los australianos, la delegación que destapó el caos en los apartamentos de los atletas, que ayer volvieron a instalarse.