Reino Unido

El temor al «Brexit» desploma la libra

A dos semanas del referéndum, la ventaja en las encuestas de los «euroescépticos» hunde la divisa

El primer ministro británico, David Cameron, ayer, en un acto de campaña sobre el «Brexit» en Londres
El primer ministro británico, David Cameron, ayer, en un acto de campaña sobre el «Brexit» en Londreslarazon

A dos semanas del referéndum, la ventaja en las encuestas de los «euroescépticos» hunde la divisa

El temido «Brexit» se presenta como una posibilidad cada vez más real. Quedan poco más de dos semanas para que el Reino Unido decida su futuro dentro de la Unión Europea y las últimas encuestas dan, por primera vez, ventaja a los «euroescépticos». Tras hacerse públicos los datos de la inmigración neta –que el año pasado alcanzó la cifra record de 333.000–, los que abogan por el divorcio con Bruselas han tomado impulso y sacan una ventaja de entre dos a cuatro puntos.

La reacción ayer de los mercados no se hizo esperar. La libra esterlina se desplomó. Bajaba el 0,61% frente al dólar hasta cotizar en 1,442 dólares, mientras que retrocedía el 0,48% frente al euro hasta 1,270 euros. En los mercados asiáticos, bajó el 1,1% frente al dólar y el 0,7% ante el euro. En el último año, la moneda británica se ha despreciado un 7,05%. Sólo en la última semana ha perdido un 3,29%

Tensión en la banca

El nerviosismo también se palpa en la calle y en las sucursales de las principales entidades bancarias los ciudadanos comienzan a preguntar cómo podría afectar un «Brexit» a su hipoteca. No hay respuestas porque no hay precedentes. Aunque el Fondo Monetario Internacional ya ha advertido de que la consulta «no es una cuestión de economía doméstica sino un asunto con repercusión global». Según los expertos, la volatilidad en los mercados de divisas continuará hasta el mismo día del plesbiscito, el próximo 23 de junio. El Banco de Inglaterra, que ya ha anunciado que está preparado para actuar en caso de «Brexit», advirtió del daño que esta situación está suponiendo para el crecimiento del país.

En su último informe trimestral, publicado el pasado mes de mayo, el banco emisor indicó que sus pronósticos habían sido elaborados a partir de la asunción de que el electorado dirá «sí» a la permanencia del país en el bloque, aunque precisó que la incertidumbre sobre su resultado le ha llevado a revisar a la baja sus previsiones. A este respecto, el Producto Interior Bruto podría situarse en el 0,3% en el segundo trimestre del año, dos décimas menos que en los tres primeros meses de 2016.

Por otra parte, según la encuesta realizadaa por Ipsos MORI para el dominical «The Observer», nueve de cada diez economistas británicos aseguran que la salida del club tendría un impacto negativo en el crecimiento que se dejaría sentir entre cinco y diez años. El 82% coincide en que el divorcio se traduciría en una disminución de las rentas de los británicos.

Con todo, el polifacético Boris Johnson, el que fuera alcalde de Londres, convertido ahora en uno de los favoritos para suceder a David Cameron como líder del Partido Conservador, gana cada día más adeptos con un discurso centrado en recuperar el control de las fronteras para controlar el flujo de inmigrantes, tanto comunitarios como extracomunitarios. «Si los británicos votan por la permanencia también puedo cumplir mi promesa de reducir de la migración neta por debajo de los 100.000», insistió el primer ministro británico, quien ayer aprovechó la incertidumbre creada por la nueva caída de la moneda para lanzar la advertencia más severa hasta la fecha. «Salir de la Unión Europea sería como poner una bomba bajo nuestra economía», dijo. «La libra caería, los precios subirían, y también las hipotecas, muchos negocios cerrarían y aumentaría el desempleo», recalcó. «En pocas palabras, salir de la UE supondría la recesión para el Reino Unido», añadió remitiéndose a las conclusiones del Banco de Inglaterra, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo o el Fondo Monetario Internacional, entre otros.

Mientras que Johnson recorre el país con un autobús rojo con un gran letrero que reza la supuesta contribución británica al bloque («350 millones de libras semanales»), la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, asegura que, en que caso de que finalmente el país abandone el club comunitario, podría haber un impacto negativo de hasta el 9,5% del PIB británico.

En su último informe la agencia de calificación Fitch advirtió de que la ruptura de Londres con Bruselas tendría efectos negativos para las economías periféricas, entre ellas la española, donde el sector bancario no sería el más perjudicado, pero sí se vería afectado debido a los «estrechos vínculos» que mantienen con las entidades financieras de la City. También se verían alterados lossectores bancarios de Irlanda, Malta, Luxemburgo, Francia y Alemania. La agencia aseguró que la salida británica del club podría «precipitar la independencia de Escocia» y, a su vez, «intensificar las demandas secesionistas» en otras partes de Europa.