El 74 por ciento apoya que gobierne la lista más votada

Encuesta NC Report. La mayoría dice que Ciudadanos debe pactar con el PP y prefiere que Podemos se una a IU antes que al PSOE. Más de la mitad considera que el bipartidismo es positivo y que la fragmentación crea ingobernabilidad

A dos semanas de que la gran mayoría de los españoles sean llamados a votar para decidir el mapa autonómico y municipal que regirá durante los próximos cuatro años, la encuesta de NC Report para LA RAZÓN dibuja un escenario político de gran fragmentación, en el que las alianzas postelectorales deberán dar forma a los gobiernos que resulten de las urnas. Es precisamente esta fragmentación del voto la que podría acarrear un serio problema de ingobernabilidad en España según los encuestados. En medio de la infructuosa investidura de Susana Díaz, en la que los partidos que estaban llamados a ser llave de gobierno se han negado a prestarle su apoyo, el 52,1% de los entrevistados entiende que la irrupción de nuevas fuerzas y la diversificación del voto que se produce con ellas provocarían instituciones ingobernables. Sin embargo, un 40,1% de los españoles considera que esta fragmentación no es perjudicial para el sistema, a pesar de que pueda generar, como amenaza Díaz en Andalucía, la paralización de la Administración.

Este escenario de fragmentación electoral hace indispensables las alianzas postelectorales, dejando en manos de coaliciones y tripartitos la formación de ejecutivos. El caso andaluz también podría ser ejemplo de la problemática que acarrea tener un socio de gobierno, que en este caso fue el principal detonante para el adelanto electoral. Sin embargo, son los tripartitos los que menos apoyos cosechan entre los encuestados. Así, un 53,1 por ciento de ellos confiesa no apoyar esta fórmula de gobierno, mientras que el 41,8% de los españoles sí les darían su aval electoral. Sólo un 5,1% no tiene formada o prefiere no manifestar su opinión.

Podemos y Ciudadanos son, sin duda, los partidos revelación de los comicios electorales que se celebrarán en 2015. Su irrupción en el plano político ha desestabilizado el bipartidismo y ha supuesto una importante fuga de votos para las fuerzas tradicionales. Pero ¿canalizan estas fuerzas un voto meditado o sólo el voto protesta? La respuesta es que pocos votantes reconocen en estas formaciones a partidos de gobierno, sino que los conciben como meros puentes para que PP y PSOE revaliden su hegemonía. Así lo considera el 43,6% de los encuestados, que ve en Podemos y Ciudadanos a «partidos cuñas» y no a una verdadera alternativa en los ejecutivos autonómicos y municipales. Sólo un 34,3% de los entrevistados les prestaría su confianza como partidos de gobierno. En el 22,1 por ciento que no sabe o prefiere no calificarlos en ninguna de las dos categorías reside el voto de castigo.

Condenados a entenderse con las fuerzas tradicionales, Ciudadanos y Podemos tendrán que establecer cuanto antes la política de alianzas que aplicarán tras los comicios. Una decisión crucial. El miedo a errar en su elección hace que actualmente bloqueen la investidura de Susana Díaz en Andalucía.

Y no es un tema baladí, pues el 51% de los encuestados entiende que la línea de pactos que lleven a cabo en las próximas elecciones podría comprometer sus posibilidades de cara a las generales. Sólo un 38,8% de ellos considera que los apoyos que presten a uno u otro partido no les perjudicarán electoralmente en el futuro.

Ante la necesidad imperante de perder la virginidad en materia de pactos, los españoles creen que el socio de gobierno óptimo de Ciudadanos sería el Partido Popular. Así lo expresa un 39,3% de ellos, por el 13,1 por ciento que piensa que deberían aliarse con el PSOE. Si Albert Rivera no optase por los populares, el 16,9% de los entrevistados entiende que debería mantener su independencia y no aliarse con ningún partido. Sólo un tímido 4,4% baraja la tesis de un tándem C’s-IU. El partido de Alberto Garzón es, sin embargo, el más afín para aliarse con Podemos. Así lo señala un 28,3 por ciento de los encuestados, mientras que un 23,7% les vería formando coalición con el PSOE. Con quien no les atribuyen ningún tipo de afinidad es con el Partido Popular, pues sólo un 3,1% ve posible esta alianza. Por el contrario, un 19,5% de los españoles confía en que la formación de Pablo Iglesias mantenga su independencia y no recurra a coaliciones de gobierno.

La única vía alternativa a esta dependencia de los pactos sería, como propuso el Gobierno, instaurar una reforma electoral para que la lista más votada sea la que gobierne el territorio. De esta opinión participa la mayoría de los españoles. Un 74,6% cree que debería gobernar quien obtenga la mayoría de votos en las elecciones, mientras que el 19,4% de los encuestados rechaza esta fórmula.

Tocado pero no hundido. Así se encuentra el bipartidismo, que resiste para un 52,4% de los entrevistados por NC Report. El fin de la era de la alternancia en el poder de PP y PSOE habría llegado, sin embargo, para el 40,7% de los mismos. A pesar de que el fatalismo cunda entre más del 40 por ciento de los encuestados, una amplia mayoría –el 55,1%– considera que esta forma de gobierno es positiva para la gobernabilidad de las instituciones. Sólo un 36,2% de ellos entiende que su existencia perjudica al sistema político. Un 8,7% no sabe o prefiere no desvelar su opinión al respecto.