El desafío independentista

De la Universidad a la verbena

Jóvenes toman el edificio histórico de la institución académica de Barcelona y pretenden instalarse de forma «indefinida». Las protestas podrían aumentar al coincidir con fiestas de la Mercè.

Los estudiantes, en la Universidad
Los estudiantes, en la Universidadlarazon

Jóvenes toman el edificio histórico de la institución académica de Barcelona y pretenden instalarse de forma «indefinida». Las protestas podrían aumentar al coincidir con fiestas de la Mercè.

La movilización permanente se ha instalado en Barcelona. Las consignas de los primeros espadas del «procés» han calado hondo entre unas bases siempre incondicionales y que se están empleando a fondo desarrollando todo tipo de acciones de protesta por toda la ciudad. Desde la toma de algunas de las principales arterias generando el caos a la ocupación de edificios como el claustro de la Universidad de Barcelona (UB) o acampar en Arco del Triunfo a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Lo cierto, también, es que el independentismo está contando para todo ello con unos aliados inmejorables como son los incansables y reivindicativos jóvenes universitarios –perfil mayoritario en todas las manifestaciones–, y en algunos casos incluso, con el apoyo de algunos directores de institutos públicos, que animan a los adolescentes a manifestarse.

El rectorado de las principales universidades catalanas se ha inclinado por permitir los distintos llamamientos del profesorados a suspender clases para que los alumnos se puedan dedicar a agitar la calle. El último episodio de fuerza de los independentistas tuvo lugar ayer en el rectorado del edificio histórico de la UB, que fue ocupado por estudiantes. El inmueble se encuentra en la Gran Vía y enfrente de Plaza Universidad, donde arrancó la concentración. A medida que fue cogiendo vigor la protesta, los allí presentes se empezaron a desatar y obligaron, primeros, a cortar al tráfico la Gran Vía creando momentos de colapso y, después, cruzaron la calle para asaltar el edificio de la UB.

Allí se han encerrado de manera «indefinida», según expresaron, y para amenizar la concentración han organizado debates al tiempo que se gritan las clásicas consignas de «Votaremos», «No tenemos miedo» o «Las calles serán siempre nuestras». La UB se limitó a pedir que ocupación se desarrolle de «manera pacífica y respetuosa».

Esta movilización tomó el testigo de la acampada en Arco del Triunfo a las puertas del TSJC, donde las entidades independentistas impulsaron una protesta desde el jueves por la mañana que se alargó hasta ayer, cuando fueron liberados los altos cargos de la Generalitat detenidos por la Guardia Civil. Y todas ellas se enlazan y confunden con el inicio de las fiesta de la Mercè, patrona de Barcelona. Estos días, Barcelona va a lidiar con el carácter reivindicativo de las protestas proindependentistas y los conciertos y actividades lúdicas preparados para las fiestas patronales.

En esta movilización, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, y el de Òmnium, Jordi Cuixart, aprovecharon para responder a la querella por sedición que ha impuesto la Fiscalía, y aseguraron que seguirán impulsando manifestaciones. La denuncia del Ministerio Fiscal proviene de los incidentes que se registraron el miércoles y el jueves mientras se cursaban las distintas actuaciones policiales contra el 1-O.

Asimismo, ayer tuvo lugar otra concentración en la ciudad de la justicia de Barcelona, donde ayer declararon algunos dirigentes de la Generalitat que todavía quedaban retenidos. Allí se congregaron centenares de manifestantes, y estuvieron la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y el vicepresidente, Oriol Junqueras.