Política

Montreal

Quince países de la UE tienen más casos de corrupción que España

La Razón
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La medición de la corrupción es un objetivo muy complejo. No es posible obtener datos empíricos de estos hechos, que por su propia naturaleza son delictivos y suelen permanecer ocultos. No es posible analizar la corrupción ni por el número de condenas judiciales (debido a las diferencias entre países en niveles de investigación e impunidad) ni por el número de casos desvelados por los medios de comunicación (ya que a veces se refieren a comportamientos que no son perseguibles).

No obstante, Transparencia Internacional, la organización más respetada en esta materia, elabora varios análisis de la corrupción. También la OCDE y el Consejo de Europa (a través del Grupo de Estados contra la Corrupción) tienen estudios. Y la Comisión Europea está trabajando en la preparación de un informe sobre corrupción en los Estados miembros. Sin embargo, ninguno de estos tres organismos publica un estudio comparativo de alcance mundial o regional, quedando como única referencia comparativa el trabajo que realiza Transparencia Internacional.

En su último informe, de diciembre de 2012, España ocupa el puesto 30 sobre 176 países analizados, obteniendo una calificación de 65 (siendo 100 la mejor puntuación). Entre los países que están en peor posición que España destacan: Portugal (puesto 33), Polonia (puesto 41), República Checa (puesto 54), Italia (puesto 72), Bulgaria (puesto 75) o Grecia (puesto 94), entre los europeos. En Iberoamérica, Chile y Uruguay superan a España, siendo llamativo el caso de Venezuela, que se sitúa en el puesto 165 como uno de los países más corruptos. Los diez menos corruptos son: Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Suecia, Singapur, Suiza, Australia, Noruega, Canadá y Holanda.

Eso en relación al total de 176 países estudiados, en los que pueden encontrarse desde naciones en vías de desarrollo o sin ningún tipo de Gobierno legalmente reconocido. En lo que se refiere sólo al conjunto de la Unión Europea, España se sitúa en la posición 13 de 28.

Otra referencia es el Barómetro Global de la Corrupción (TI), una encuesta global que se centra en el estudio de doce instituciones: partidos políticos, poder Legislativo, ejército, ONG´S, medios de comunicación, entidades religiosas, empresas, sistema educativo, poder judicial, sanidad, policía y funcionariado.

En el caso de España, la ciudadanía solamente identifica de manera mayoritaria a tres instituciones, de las doce referidas, como corruptas: los partidos políticos (83 por ciento de los encuestados), el Parlamento (67 por ciento) y la Judicatura (51 por ciento).

Pero cabe destacar que estas instituciones señaladas como corruptas en España están también marcadas en muchos otros países. Por ejemplo, los partidos se perciben mayoritariamente como corruptos en 51 de los 107 países analizados (incluyendo Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido y Alemania).

Tal y como afirmaban desde Transparencia Internacional cuando presentaron su informe, «el Índice de Percepción de la corrupción muestra que la corrupción continúa devastando a sociedades en todo el mundo». Y avisaba, más bien aconsejaba, que «los gobiernos deben incorporar acciones contra la corrupción en todas las decisiones públicas», algo que el Ejecutivo de Mariano Rajoy se ha tomado muy en serio.

De la malversación de Chirac a la condena de Berlusconi

CANADÁ

El alcalde de Montreal, Michael Applebaum, fue arrestado el 17 de junio por corrupción siguiendo los pasos de su antecesor, Gérald Tremblay, que dimitió tras ser acusado de recibir sobornos de una empresa de construcción. Otro alcalde, el de Toronto, fue grabado fumando «crack». En su época de concejal fue acusado de desviar fondos públicos al equipo de fútbol americano que entrenaba. Más lejano en el tiempo, un programa de esponsorización entre 1993 y 2004 para defender la labor del Gobierno canadiense en Quebec se usó para financiar ilegalmente al Partido Liberal.

ESTADOS UNIDOS

En 2009, la responsable de la Administración General de Servicios (GSA) del Gobierno estadounidense tuvo que dimitir tras salir a la luz que se gastó 822.000 dólares en cuatro días en una conferencia en Las Vegas a la que asistieron 300 empleados de su departamento. Ese mismo año, el congresista demócrata Jesse L. Jackson admitió haber gastado 750.000 dólares en compras personales . Dos años después, en 2011, el republicano Tom Delay fue condenado a tres años de cárcel por el uso ilegal de los fondos electorales. En 2009, el concejal de Washington DC Marion Barry, ex alcalde de la ciudad, fue acusado de beneficiar a su novia con un contrato municipal y de desviar fondos a varias organizaciones a cambio de comisiones ilegales.

Francia

En 2011 el ex presidente de la República Jacques Chirac fue condenado por malversación de fondos públicos y abuso de confianza cuando era alcalde de París. En la actualidad, el ex ministro de Presupuesto Eric Woerth y el ex presidente Nicolas Sarkozy están siendo investigados por la presunta recepción de comisiones ilegales para su partido, la UMP. Este mismo año, Jerome Cahuzac se vio obligado a dimitir como titular de la cartera de Presupuesto tras desvelarse que mantenía una cuenta secreta en Suiza desde hace 20 años.

Alemania

El pasado abril, la Fiscalía de Hannover acusó por corrupción al ex presidente alemán Christian Wulff por aceptar supuestamente sobornos cuando era primer ministro de Baja Sajonia a cambio de mediar ante Siemens para que financiara el proyecto del productor cinematográfico David Grönewold. En los años 90, la financiación ilegal de la CDU acarreó el arresto de su tesorero Walter Leister Kiep por recibir supuestas donaciones ilegales de un traficante de armas. El propio ex canciller Helmut Kohl admitió después la existencia de una caja «B» en el partido, lo que forzó su dimisión.

Italia

Desde las conexiones con la mafia de Giulio Andreotti (que no terminaron en condena porque los hechos habían prescrito), pasando por la trama corrupta de la «Tangentopoli» de los años 90 (la mitad de los diputados italianos fueron acusados de recibir sobornos) y terminando por las condenas a Berlusconi, Italia tiene tras de sí un largo historial de corrupción política.

Reino Unido

La publicación de las cuentas de los parlamentarios en 2010 desató un gran escándalo en las islas, como el caso «cash for honours» implantado por el Partido Laborista, que otorgaba títulos y condeco-raciones a cambio de donaciones.

Japón

En 2006, tres gobernadores regionales fueron arrestados por cobrar comisiones ilegales a cambio de contratos públicos. Un año después, el ministro de Agricultura nipón, Toshikatsi Matsuoka se suicidó tras ser acusado de cargar facturas falsas a una asociación de la que era miembro.