Gobierno de España

Sánchez coquetea con el «gobierno Frankenstein»

Abandona la ambigüedad y llama a Podemos y C’s a ofrecer una solución

Pedro Sánchez, ayer en el Congreso, en el debate de investidura
Pedro Sánchez, ayer en el Congreso, en el debate de investiduralarazon

Abandona la ambigüedad y llama a Podemos y C’s a ofrecer una solución

Con el resultado de la investidura escrito de antemano, el debate de ayer en el Congreso sirvió –al menos– para arrojar algo de luz sobre las intenciones futuras de Pedro Sánchez. El líder del PSOE, que se ha mantenido desde las elecciones en un estudiado segundo plano, lanzó una preocupante señal: su intención de postularse para liderar una candidatura alternativa. Así se deduce del llamamiento que hizo a Podemos y Ciudadanos para sacar a España del atasco político. «Los que representamos las fuerzas del cambio tenemos la responsabilidad de ofrecer una solución a este país», destacó. La empresa que Sánchez se propone intentar es casi impracticable y así lo avala el fracaso que ya registró en marzo, ante la incapacidad de Albert Rivera y Pablo Iglesias de superar su incompatiblidad manifiesta para facilitar su investidura. Quizá con esa frustración presente, el líder socialista apeló a actuar «con alturas de miras y generosidad» para encontrar una solución. «El PSOE formará parte de ella», remachó. No es la primera vez que Sánchez señala que su partido estará en «la solución» de la ingobernalidad, pero con su tono ambiguo nunca fue capaz de precisar a qué se refería.

El contexto actual no parece más propicio que el de marzo. Las broncas intervenciones de Iglesias contra Rivera en el propio debate así lo atestiguan. Por su parte, Ciudadanos sólo avalará un gobierno en el que no esté Podemos y Podemos, uno de coalición, por lo que la conciliación entre ambas fuerzas vuelve a ser prácticamente imposible. Por otro lado, esta nueva tentativa de Sánchez suma un problema añadido para el PSOE. En un partido enredado en el debate de la abstención, la única hipótesis que parecía descartada era la de una candidatura alternativa. Así lo reconocen incluso los portavoces autorizados del propio Sánchez, que durante esta semana han reconocido la imposibilidad de explorar esta vía. Desde el entorno del líder socialista se quiso aclarar, al término del debate, que Sánchez no se estaba postulando, sino emplazando a las fuerzas del cambio a explorar soluciones para evitar terceras elecciones.

Además del sugerente anuncio, la intervención del líder socialista se articuló en torno a una nueva negativa al candidato popular. Sánchez reiteró que Rajoy «no cuenta con la confianza del PSOE» y le acusó de haber urdido la investidura fallida como una estrategia para que se convoquen terceras elecciones. «Ustedes deberían extraer una conclusión de la derrota de su candidato, sé que no lo van a hacer, les conocemos», les espetó Sánchez a los diputados del PP, en lo que pareció una invitación a cambiar de candidato.

El Análisis

DERROTADO Y CUESTIONADO

por Pilar Ferrer

El gran responsable del bloqueo político y de unas posibles nuevas elecciones. Obsesionado con salvar su silla, preso de un rencor enrabietado hacia Rajoy y ajeno a las presiones de los suyos, Pedro Sánchez lidera el peor debate, el peor socialismo y en el peor momento desde la transición. Rodeado de su guardia pretoriana, sin escuchar a nadie más, Sánchez cree que ha salido engrandecido del debate y desafía amenazante a los críticos. Craso error que pagará caro, y sobre todo su partido, que le ha dejado llegar muy lejos. Está por ver hasta dónde los barones se lo toleran antes de que sea tarde.