Alemania

Berlín y París diseñan una defensa común sin Reino Unido

El viejo sueño de Merkel de crear un Ejército estable dentro de la UE, vetado hasta ahora por Londres, cobra impulso tras el Brexit

Merkel y Hollande, durante un encuentro en Francia
Merkel y Hollande, durante un encuentro en Francialarazon

El viejo sueño de Merkel de crear un Ejército estable dentro de la UE, vetado hasta ahora por Londres, cobra impulso tras el Brexit

Si antes de la victoria del Brexit, Berlín y París ya abogaban por un sistema de defensa europeo más unificado, no es sorprendente que uno de sus primeros pasos tras perder el importante apoyo militar británico sea reforzar la seguridad comunitaria. Tres meses después del referéndum en Reino Unido, Francia y Alemania han presentado a Bruselas un documento conjunto para desarrollar, unificar y centralizar la defensa en la Unión Europea, una de las prioridades actuales en el Viejo Continente.

Esta propuesta, confeccionada durante el mes de julio por la ministra de defensa alemana, Ursula Von der Leyen, y su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian, se discutirá en la primera cumbre europea sin Reino Unido, en Bratislava, donde los Veintisiete se darán cita el próximo viernes. Una decisión que responde a un viejo sueño de la canciller Angela Merkel, truncado por el veto constante de Reino Unido: trabajar más estrechamente en una política común de defensa.

Entre las medidas propuestas en el documento conjunto de seis páginas se cita la creación de un fondo financiero para las operaciones militares, de modo que no sean necesarias las peticiones previas de financiamiento, y una cooperación mayor en cuanto a recursos logísticos, como en el caso del transporte aéreo y naval, para que los países puedan apoyarse en los medios de otros Estados miembros. También se pretende mejorar la eficiencia de la tecnología disponible, como los drones o los satélites de reconocimiento, cuyas imágenes podrían ser compartidas entre los países.

La iniciativa propone igualmente el establecimiento de una base militar común y permanente –actualmente funciona por rotación entre los Estados miembros–, la disposición de un centro de comando para la coordinación de la asistencia médica y la creación de una nueva academia militar europea, con cursos unificados. En definitiva, se pretenderá sincronizar la política de seguridad europea, incluso en áreas como la planificación, financiación, compras o logística.

«Está claro que existen amenazas a nuestro alrededor y un único país puede no ser capaz de hacer frente a ellas, pero juntos, los europeos podemos ser muy fuertes si mejoramos nuestras capacidades», apuntó la ministra de Defensa germana, según la agencia Reuters. Además, Von der Leyen se refirió a un «ambiente de seguridad deteriorado», por lo que «es el momento perfecto para llevar a cabo importantes iniciativas en el campo de la defensa de los ciudadanos y de promover los valores de la defensa europea». La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ya había prometido que se presentaría un plan «ambicioso» a finales de año.

Si bien es cierto que con la salida británica el club europeo pierde a un poderoso socio militar, que costeaba un 15% de las operaciones dirigidas por la UE, también resultaba Londres el principal obstáculo con el que chocaban Berlín y París en su proyecto de política de defensa común. En numerosas ocasiones, Reino Unido se había opuesto a que sus tropas «fueran controladas por Bruselas», según palabras de su secretario de Defensa, y creía que esta iniciativa duplicaba las funciones ya desempeñadas por la OTAN y disminuía el poder de las naciones. Sin el veto británico, el plan tiene muchas posibilidades de salir adelante y podría comenzar a implantarse de cara a 2017 o 2018. Sin embargo, es posible que, aunque la iniciativa cuente con el apoyo de la mayoría de los países del Este de Europa, se encuentre con la oposición de algunos miembros, como Holanda o Irlanda.

Los países de la UE muestran desavenencias en torno a determinadas cuestiones, como el control de la migración, pero si hay un campo marcado por consenso es en el de defensa. Europa, amenazada por el terrorismo islámico y otros factores externos, desea reforzar su seguridad. Especialmente en Francia, país que ha sufrido graves y sucesivos atentados de fondo islamista, y Alemania, que recientemente vivió en su territorio los primeros ataques vinculados al Estado Islámico, los dos países europeos al mando tras la retirada británica. Ambas potencias planean aumentar sus presupuestos en defensa y ya han anunciado que darán gran prioridad a la protección de sus fronteras y ciudadanos.