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Donald Trump visita Puerto Rico restando importancia a la tragedia

Donald Trump y la primera dama Melania conversan con habitantes de Puerto Rico tras el paso del huracán
Donald Trump y la primera dama Melania conversan con habitantes de Puerto Rico tras el paso del huracánlarazon

Las autoridades puertoriqueñas arremeten contra la tardía reacción del gobierno republicano que ha dejado a su suerte a una isla que se encamina hacia una crisis humanitaria

El presidente estadounidense aterrizó este martes en Puerto Rico dispuesto a demostrar que las críticas por la inacción de su gobierno no se sostienen, ya que “comparado con Katrina, Puerto Rico no sufre ninguna crisis”. Su visita llega dos semanas después de que el huracán María causara, según las palabras del gobernador Ricardo Roselló, “la peor catástrofe en la historia de la isla”.

En Puerto Rico llueve sobre mojado después de un fatídico mes de septiembre donde, además de María, ya tuvieron que sufrir el azote del huracán Irma que dejó 3 muertos y cuantiosos daños en infraestructuras y tendido eléctrico. La conjunción de estos dos fenómenos en tan poco tiempo ha dejado al gobierno isleño sin capacidad de reacción y la población, incomunicada y asustada.

La magnitud de la catástrofe, y la justificación de una posible crisis humanitaria, se pueden entender más fácilmente con los siguientes datos: el 80% de los cultivos han quedado destruidos, solo funciona 1 hospital de cada 70, el 55% de la población no tiene acceso a agua potable, el 85% de las líneas telefónicas y de internet están fuera de servicio y todavía hay un 10% de la isla inaccesible por las inundaciones. Para intentar combatir esta crisis el gobierno estadounidense envió a Puerto Rico, 8 días después del paso de María, a 4.400 soldados. Una cifra muy alejada de los 24.000 efectivos desplegados en Texas tras el paso del huracán Harvey.

“Esta es una isla rodeada de agua. De mucha agua. Agua del océano” el presidente Trump quiso justificar con este mensaje que la distancia y la ubicación de la isla han obstaculizado la rápida reacción de su gobierno. No obstante, la falta de interés del presidente ante esta crisis quedo de nuevo evidenciada en su cuenta de Twitter. En los primeros cinco días tras la catástrofe, Trump dedicó un solo mensaje a Puerto Rico “estamos con ustedes” y 17 a la polémica con los jugadores de la NFL.

Cuando empezaron a lloverle las críticas volvió a escribir un mensaje, aunque sonaba más a una reprimenda: “Puerto Rico está en problemas profundos. Gran parte de la isla fue destruida con miles de millones de dólares que son de Wall Street, con lo que tristemente hay que lidiar”. El presidente se refiere a los cerca de 70.000 millones de dólares que Puerto Rico debe a los bancos, después de haberse declarado en quiebra el pasado mes de junio, en medio de un éxodo migratorio de su población joven.

No obstante esta triste realidad parece que debería quedar a un lado cuando se trata de prevenir una crisis humanitaria, en un estado asociado donde sus 3,5 millones de habitantes tienen la nacionalidad estadounidense. La nula influencia de Puerto Rico en Washington, donde no tiene representación en el Congreso, y la tibieza de su gobernador Roselló en sus mensajes hacia el presidente han provocado que no tarden en emerger voces críticas en la isla.

Yulín Cruz, la alcaldesa demócrata de San Juan, capital de Puerto Rico, quien vive en un albergue tras haber perdido su casa durante el huracán, ha sido quien ha tomado la palabra por los afectados: "no tengo tiempo para burocracias, ni paciencia para el señor Trump. Le pido al presidente que se asegure de salvar vidas, porque lo que vamos a ver es algo parecido a un genocidio".

Ambos han coincidido en una tensa rueda de prensa celebrada en San Juan. Las autoridades y servicios de emergencia puertoriqueños, que llevan un mes sin pegar ojo por culpa de los huracanes, han tenido que escuchar al presidente restar importancia al asunto y centrar su discurso en la forma en la que Puerto Rico pagará su reconstrucción: “Puerto Rico deberá trabajar con nosotros para determinar cómo se financiará este masivo esfuerzo de reconstrucción y decidir qué haremos con la tremenda carga de la deuda ya existente en la isla".