Represión en Venezuela

¿Qué hay detrás de Smartmatic?

La empresa que denunció el fraude de Maduro pertenece a miembros de la élite venezolana vinculados a paraísos fiscales. Sus métodos de recuento han sido investigados en varios países

Un venezolano busca su nombre en el censo electoral para la Constituyente, el pasado domingo, en Caracas
Un venezolano busca su nombre en el censo electoral para la Constituyente, el pasado domingo, en Caracaslarazon

La empresa que denunció el fraude de Maduro pertenece a miembros de la élite venezolana vinculados a paraísos fiscales. Sus métodos de recuento han sido investigados en varios países.

La empresa Smartmatic se ha convertido en el centro de atención tras denunciar que las elecciones a la Asamblea Constituyente con las que el presidente venezolano Nicolás Maduro pretende redactar una nueva Constitución y abolir el Parlamento –controlado por la oposición– han sido manipuladas. La compañía, con sede en Londres, fue la responsable del sistema de voto electrónico empleado en los polémicos comicios del pasado domingo. Y ahora que su director ejecutivo, Antonio Múgica, acapara los titulares surgen varias cuestiones. La primera, cómo una pequeña «startup» ha podido convertirse, en tiempo récord, en un importante actor del escenario internacional. La segunda, por qué ha decidido ahora enfrentarse al régimen venezolano cuando siempre ha estado bajo sospecha de mantener buenas relaciones con el mismo.

A pesar de que la empresa fue fundada en el año 2000 en Estados Unidos, sus raíces siempre han estado ancladas en el país suramericano. Prueba de ello es que tanto Múgica como el cofundador y actual presidente, Roger Piñate, son venezolanos. Cuatro años más tarde, la compañía logra catapultarse a la fama cuando recibe el encargo del referéndum presidencial en el que un 58% de venezolanos dijo «no» a la propuesta de la oposición de revocar el mandato del entonces presidente Chávez.

Es en 2006, como resultado de su entrada en el mercado estadounidense con las primarias del Partido Republicano en Utah, cuando el FBI abre una investigación para determinar si el Gobierno de Venezuela tenía algún tipo de control sobre la firma. Según publicó entonces «The New York Times», una de las primeras causas de sospecha fue un préstamo gubernamental de 200.000 dólares, garantizado con un 28% de las acciones de una empresa vinculada a Smartmatic. Dicho préstamo, realizado siete meses antes de la obtención del contrato para el referendo revocatorio, fue justificado como parte de esfuerzos más amplios por ayudar a pequeñas empresas. Pero, según el periódico estadounidense, los tres primeros contratos de Smartmatic con Venezuela también le garantizaron la nada despreciable cifra de 120 millones de dólares.

En un cable de la embajada de EE UU en Caracas fechado en julio de 2006 y filtrado por WikiLeaks se asegura: «Sus verdaderos dueños –probablemente miembros de la élite venezolana de diferentes afiliaciones políticas– permanecen ocultos detrás de una red de holdings en Holanda y Barbados».

Los responsables de la empresa han emitido declaraciones aparentemente contradictorias sobre este punto. Mientras que en 2009, Robert Cook, uno de los vicepresidentes de la compañía, aseguró en entrevista con Caracol Radio que el FBI sí investigó, pero que se trataba de algo de rutina, cuatro años más tarde, en declaraciones a CNN antes de las elecciones presidenciales de Venezuela de 2013, Múgica dijo que la investigación del FBI era «absolutamente» falsa. Por otra parte, en las elecciones presidenciales de Filipinas de 2010 y 2016, la empresa también estuvo en el punto de mira por críticas a la seguridad de sus sistemas e incluso recibió acusaciones de fraude.

LA RAZÓN se puso ayer en contacto para verificar estos datos y saber si tras su denuncia contra el régimen venezolano había recibido algún tipo de amenaza. Un portavoz señaló que no estaban haciendo comentarios al respecto. No obstante, el personal que se encontraba en Venezuela abandonó el país antes de que Múgica compareciera el miércoles en Londres en rueda de prensa. Mugica afirmó a la BBC que no «consideraron oportuno» alertar a las autoridades del Consejo Nacional Electoral venezolano antes de comparecer ante los medios. «Pensamos que a las autoridades (de Venezuela) no les iba a gustar lo que teníamos para decir», señaló.

El cuartel general de la compañía se trasladó a la capital británica en 2012 y en la actualidad Smartmatic cuenta con 600 empleados en 16 oficinas alrededor del mundo. En los últimos años, la empresa se ha internacionalizado alejándose cada vez más de sus polémicos orígenes venezolanos. Su historial da cuenta de su participación en diferentes tipos de proyectos en México, Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil, Haití, Curazao, Filipinas, Omán, Uganda, Zambia, Sierra Leona, Kirguistán, Reino Unido, Estonia y Armenia. En este sentido, según la BBC, es posible que la empresa haya denunciado la supuesta manipulación en las elecciones para Asamblea Nacional Constituyente al considerar que defender ahora su credibilidad es mucho más importante que cualquier vínculo que haya podido tener con el chavismo y la revolución bolivariana.

Sin embargo, algunos simpatizantes opositores parecen creer que al cifrar la discrepancia en aproximadamente un millón de votos, y no en los más de cinco millones que estimó la oposición, Smartmatic está realmente tratando de legitimar el proceso.