Política

Moreno busca un «bloque potente» de PP y C’s para «presionar» al Ejecutivo de Díaz

Juanma Moreno, en el centro, junto a Antonio Sanz y Loles López, durante la reunión de ayer del Comité de Dirección de los populares andaluces
Juanma Moreno, en el centro, junto a Antonio Sanz y Loles López, durante la reunión de ayer del Comité de Dirección de los populares andaluceslarazon

Llama a Marín para concertar una reunión en la que analizar la repercusión en la comunidad de las 150 medidas pactadas por ambas formaciones a nivel nacional e intentar hacer «fuerza común» en la negociación de los Presupuestos de la Junta

Reajuste de estrategia del PP andaluz. Su presidente, Juanma Moreno, llamó ayer al líder regional de Ciudadanos (C’s), Juan Marín, con un propósito: que una delegación de los dos partidos se siente en torno a una mesa para analizar cómo influirán de «manera positiva» en la comunidad las 150 medidas acordadas por ambas formaciones a nivel estatal con el fin de desenredar la investidura, y para intentar conformar un «bloque potente» que pueda «ejercer más presión» para negociar políticas presupuestarias del Gobierno de Susana Díaz.

«Creo que hay muchos puntos de encuentro, muchas coincidencias en nuestras reivindicaciones de lo que necesita Andalucía, y podemos hacer fuerza común para elaborar unos Presupuestos reales, creíbles, que sean la palanca para mejorar situaciones como las que hemos vivido en materia sanitaria y educativa», se explicó Moreno, tras reunirse con el Comité de Dirección de su partido.

Expresó de distintas formas su intención de que PP y C’s –con 33 y nueve diputados, respectivamente, en el Parlamento andaluz, en el que el PSOE cuenta con 47 escaños, Podemos con 15 e IU con cinco– puedan llegar a conformar un frente más «influyente» para «impulsar esas reformas que necesita Andalucía» y «poder cambiar los aspectos que no están funcionando» en el ámbito sanitario, educativo, de infraestructuras o de empleo. «Confío en que en los próximos días podamos tener ese encuentro», apostó el máximo dirigente del PP-A. Y el aludido, quien había reconocido hace unos días que las versiones regionales de ambas fuerzas políticas no mantenían una relación fluida, se mostró dispuesto.

Marín confirmó la llamada que irá seguida de un escrito en el que se le pedirá oficialmente la cita de trabajo y será entonces cuando C’s la valore. Si bien, la «posición» de entrada de su líder fue la de «aceptar esa invitación para sentarnos a hablar». Marín desveló además que había agradecido el que «el PP haya vuelto a la senda del diálogo con C’s en Andalucía», en lugar de la «confrontación, y en muchos casos la descalificación, que durante este último año se ha venido produciendo», dijo, por parte de algunos de sus representantes. Entiende que si lo que se persigue es «el interés general» de la comunidad por partidos «constitucionalistas», que consideran necesario el diálogo «como la base de cualquier posible acuerdo» que se dirija a «mejorar el futuro de los andaluces», debe «ser bienvenido».

En definitiva, el primer paso para un acercamiento que podría complicar la estabilidad de la que Díaz presume ya que hasta ahora la formación naranja ha sido su aliada en la Cámara, está dado. Ahora faltan por decidirse «en qué condiciones» se celebrará la reunión de delegados y por saber si ésta resulta fecunda en pactos.

Una presidenta «escondida»

Al margen de esa trama, Moreno volvió a criticar que el Ejecutivo autonómico haya dejado a la región «abandonada a su propia suerte» este verano y que su presidenta haya permanecido «escondida» e «impasible», una actitud que enmarcó en su «carrera interminable por suceder a Pedro Sánchez –el secretario general del PSOE–».Reconoció que se le ha agotado la paciencia del pescador y está «ansioso» por conocer la opinión de Díaz sobre el escenario político nacional y sobre si quiere o no unas terceras elecciones en España, que serían «un absoluto fracaso colectivo». Desde ese convencimiento, y pese a que la socialista «ha patrocinado el no» al PP «también desde Andalucía», la animó a «dar la cara» y a aprovechar finalmente la «magnífica oportunidad» que tiene, como dirigente de la federación más numerosa del PSOE y de la comunidad más poblada, de «mostrarse como una mujer de Estado». «Lo que siempre ha buscado», apostilló, persiguiendo él la abstención de los socialistas que facilitaría la investidura en el Congreso de Mariano Rajoy.

«Me gustaría que desbloqueara la situación que vive el Gobierno de España», insistió en alusión a Díaz, y añadió que, si no quiere hacerlo, «al menos que lo diga». Petición que ya había formulado. De hecho, afeó al portavoz de la Junta, Miguel Ángel Vázquez, que la tildara de «patética». «No me imagino a la vicepresidenta –y portavoz del Ejecutivo central, Soraya Sáez de Santamaría– diciendo afirmaciones de ese tipo, sin embargo, él las hace. Cada uno se retrata», deslizó.