Otros 75.000 ceniceros de bolsillo: la «reentré» de Carmena contra la suciedad

Tras un verano en el que las quejas de los madrileños por la acumulación de basuras en las calles ha alcanzado su máximo histórico, el Ayuntamiento licita el suministro de más «colilleros»

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, reaparece hoy tras su descanso estival. Presidirá a primera hora de la mañana en el Palacio de Cibeles la reunión de la Junta de Gobierno y a las doce del mediodía asistirá a la firma de un convenio entre Ibercaja y la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo. Pone así fin a unas vacaciones que la han tenido alejada de la Alcaldía todo el mes de agosto y que únicamente interrumpió para asistir a las celebraciones por la Virgen de la Paloma.

En este segundo año de la legislatura, Carmena deberá dar respuesta al empeoramiento que las calles de la ciudad han experimentado en los últimos meses en materia de limpieza. Tal y como avanzó LA RAZÓN la pasada semana, en el mes de julio el consistorio superó el récord histórico de quejas por el mal estado de calles, plazas y zonas verdes: recibió un total de 9.861 avisos, superando en un 20,5% el nivel máximo de reclamaciones.

En este contexto, la primera medida del nuevo curso político por parte del Ejecutivo de Ahora Madrid en materia de limpieza es la licitación de un nuevo contrato para la fabricación de 75.000 ceniceros de bolsillo para que los fumadores no tiren las colillas a la vía pública. Se trata de la segunda fase de un proyecto que arrancó el pasado mes de febrero y que, como parte de una campaña de concienciación, el consistorio y las 21 juntas de distrito procedieron a repartir 38.000 ceniceros portatiles.

El área de Gobierno de Portavoz y Coordinación de la Junta de Gobierno, a cuyo frente se encuentra la concejala Rita Maestre, publicó ayer los pliegos que regirán el contrato por el que una empresa privada suministrará al Ayuntamiento estos 75.000 ceniceros de bolsillo. El presupuesto destinado por el equipo de Ahora Madrid a este contrato es de 49.912 euros. El precio sin IVA estimado en los pliegos para cada cenicero es de 55 céntimos.

El reparto de estos «colilleros» ha sido una de las medidas en materia de limpieza de las que más ha presumido Carmena en estos meses. La alcaldesa defendió su idoneidad para poner coto a una realidad constatada por los servicios de limpieza: recogen cada día 500.000 colillas. La propia alcaldesa ha repartido estos ceniceros en algunos actos públicos, como por ejemplo en la recepción organizada en Cibeles al Real Madrid de baloncesto tras su victoria en la Copa del Rey: «Cuando veáis un amigo que fume, le podéis sacar estos cenicero», espetó a los jugadores blancos ante la mirada de Florentino Pérez.

«Esto es un cenicero; no para guardar moneditas ni las chuches», relató Carmena a unos escolares que visitaron hace algunos meses la sede del Ayuntamiento y a los que, a pesar de su edad, quiso explicar cómo funcionaban: «No es para apagar la colilla, sino que se tiene que introducir dentro y, como no tiene aire, se apaga. Cuando uno llega a casa, lo echa en la papelera; después, se le da una agüita y al bolso».

Los ceniceros cuyo suministro sacó ayer el consistorio a concurso deben tener una capacidad mínima para dos colillas además de ser ignífugos y reutilizables, con unas dimensiones de ocho centímetros y un peso de nueve gramos. Tendrán, por último, que incluir el mensaje de la campaña municipal «Madrid Sin Filtros».

«Queremos que Madrid sea la ciudad más limpia del planeta, queremos un #MadridSinFiltros», subrayaba el Ayuntamiento en febrero en el lanzamiento de su campaña. Hasta el momento, el Gobierno de Ahora Madrid no ha facilitado información sobre si el reparto de los 38.000 primeros ceniceros de bolsillo ha ayudado a reducir la cifra de las 500.000 colillas que madrileños y turistas arrojan al suelo.

La primera medida de Carmena en materia de limpieza en este nuevo curso llega sólo dos días después de que las portavoces del Partido Popular y de Ciudadanos echaran en cara al equipo de Ahora Madrid su errática gestión en esta materia. Las críticas de Aguirre y Villacís han llegado esta semana tras un verano en el que el empeoramiento de la situación de limpieza en las calles se ha hecho evidente: sólo en junio, las quejas de los vecinos se dispararon un 40%, mientras que en julio rebasaron su máximo histórico.